El Gobierno y la oposición acogieron este jueves con cautela el anuncio de ETA de que entregará las armas. En la memoria política aún pesan los anuncios falsos de desarme que la banda ha efectuado desde que decidió acabar con la violencia, por lo que pocos dirigentes, en la escala nacional, dieron credibilidad al cien por cien a una notificación que llegó, además, de forma confusa a través del diario ‘Le Monde’. Y hubo coincidencia en exigir a la organización terrorista que se disuelva y cierre el capítulo más amargo de la historia del País Vasco para siempre.

El portavoz del Ejecutivo, Íñigo Méndez de Vigo, se negó, por ejemplo, a comentar "filtraciones o especulaciones" en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Asimismo, subrayó que el Ejecutivo no ha variado su posición desde que llegó al poder. En la misma línea, Mariano Rajoy advirtió a la banda de que el Gobierno "aplicará la ley igual para todos". Es decir, el PP no cambiará ni un ápice su política tras el anuncio y, hasta ahora, se ha negado a cualquier tipo de contraprestación a cambio del cese de la violencia. El presidente reclamó, además, a ETA "que haga" lo que "ha decidido"; es decir, que efectivamente se desarme y "de paso se disuelva".

Y el ministro del Interior, José Ignacio Zoido, añadió al listado de demandas que los etarras pidan "perdón, se arrepientan y paguen sus deudas", en referencia a los asesinatos sin resolver y las causas pendientes. Zoido recordó que el "verdadero desarme" es el que efectúan las fuerzas de seguridad y que, en el "desarme ideológico", trabaja "día a día" el Gobierno.

LA ADVERTENCIA DE RUBALCABA

Ciudadanos y el PSOE apenas se distanciaron de la reacción gubernamental. El líder del partido naranja, Albert Rivera, también reclamó la disolución de la banda y el portavoz socialista en el Congreso, Antonio Hernando, pidió "prudencia" ante los episodios de entrega de armas fallidas. El exlendakari y candidato a las primarias del PSOE Patxi López y el expresidente del Gobierno cuando la banda dejó la violencia, José Luis Rodríguez Zapatero, se salieron un poco del tono de cautela y mostraron su satisfacción por la noticia. Mientras, el entonces ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, avisó de que "habrá que ver si ETA entrega todo lo que tiene o se guarda algo".

Unidos Podemos, por su parte, marcó perfil propio. Alberto Garzón reprochó al resto de partidos que "sospechen de las intenciones" de ETA, mientras que Pablo Iglesias aplaudió el anuncio de los terroristas, pidió el acercamiento de los presos y que el desarme sea "lo antes posible" y con "garantías". A este respecto, el portavoz parlamentario de Elkarrin Podemos, Lander Martínez, demandó a los gobiernos vasco, español y francés que participen en la entrega de armas.