El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, inaugurará hoy en Galicia el nuevo curso político, en el que aspira a seguir garantizando la estabilidad de la legislatura y que estará condicionado por los movimientos de los independentistas en Cataluña ante los que está decidido a actuar con firmeza. Rajoy se desplaza hasta la localidad pontevedresa de Cotobade-Cerdedo para protagonizar junto al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, un acto del Partido Popular con el que abrirá simbólicamente ese curso.

El acto estará muy marcado por los atentados terroristas en Cataluña. De hecho, la manifestación de ayer en Barcelona en repulsa de esas acciones que acabaron con la vida de 15 personas y provocaron decenas de heridos. motivó que se retrasara un día su presencia en Galicia.

Por ello, no es descartable que falten en su intervención nuevas llamadas a la unidad ante el terror del yihadismo y elogios a la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. También es posible que vuelva a destacar la colaboración entre administraciones tras los atentados de Cataluña y que considere que deben ser la guía de actuación presente y futura.

EL CHOQUE CATALÁN / Pero si lo ocurrido en Las Ramblas de la Ciudad Condal y en Cambrils no han hecho variar un ápice las previsiones del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y de los partidos defensores de la independencia y de la celebración de un referéndum el próximo 1 de octubre, Rajoy, según aseguran a Efe fuentes del Gobierno, sigue igualmente firme en impedir que se cumplan.

«El Ejecutivo está listo para actuar ante cualquier decisión que se aparte de la Constitución y la ley», ratifican estas fuentes, que evitan concretar actuaciones sobre posibles decisiones futuras de las fuerzas soberanistas y abogan por ir «paso a paso».

Eluden igualmente contestar ahora a las declaraciones de Puigdemont en las que, la víspera de la manifestación contra los atentados, acusó al Gobierno de hacer política con la seguridad y aseguró que no hay nada que le vaya a obligar a detener el referéndum.

Sí asume el Ejecutivo que Cataluña va a protagonizar al menos la primera parte del nuevo curso político, pero eso asegura que no le va a hacer olvidar lo que sigue considerando como el principal objetivo: proseguir con la recuperación económica y la creación de empleo.

LA MARCHA ECONÓMICA / Y para ello, Rajoy estima esencial que, al igual que sucedió con los presupuestos del Estado para este año y con el techo de gasto del 2018, las cuentas del próximo ejercicio obtengan los respaldos suficientes para salir adelante.

Cree que no se debe interrumpir la buena marcha de la economía que, según apuntó esta semana el ministro Luis de Guindos, puede llevar al Gobierno a revisar de nuevo al alza la previsión de crecimiento de este año, situada ahora en el 3 por ciento.

El Ejecutivo anhela contar al menos con los mismos apoyos que tuvo a la hora de sacar adelante los presupuestos de 2017, que fueron avalados por los diputados del PP, Ciudadanos, PNV, Coalición Canaria, Nueva Canarias, UPN y Foro Asturias.

Si el 2018 contara con nuevos presupuestos, eso sería interpretado por Moncloa como un signo evidente de la estabilidad que asegura que «necesita y se merece este país».

Pretender sumar a los socialistas se reconoce que sería «no aceptar la realidad» teniendo en cuenta la estrategia que prevé seguir llevando a cabo su secretario general, Pedro Sánchez.

Este curso político permitirá conocer también con detalle si la colaboración entre Sánchez y el líder de Podemos, Pablo Iglesias, permite actuaciones conjuntas como la protagonizada en julio y que desembocará la semana que viene en la comparecencia de Rajoy en un pleno extraordinario del Congreso.

El Gobierno considera que no hay que desviarse de las verdaderas preocupaciones de los ciudadanos. Entre ellas, Cataluña. Y ahí tiene la esperanza de seguir contando con Sánchez.