El Gobierno central ha defendido ante sus socios europeos que el traslado de la Agencia Europea del Medicamento (AEM) de Londres a Barcelona podría «ayudar» a solucionar el conflicto abierto por la deriva independentista de la Generalitat. Según fuentes diplomáticas, este argumento se ha blandido ante los 27 miembros de la Unión Europea (UE), que deben buscar una nueva ubicación a este organismo debido al brexit.

En la Moncloa, no obstante, saben que es una batalla «difícil» porque se juega con el calendario en contra: la elección se producirá el próximo 20 de noviembre, un mes antes de las elecciones autonómicas catalanas en las que el Ejecutivo espera que sumen mayoría los partidos que no son independentistas.

«Es complicado que los gobiernos europeos se puedan arriesgar a que el 21-D vuelvan a ganar los soberanistas y la sede de la AEM esté en un territorio que dentro de unos meses vuelva a declararse independentista», lamenta un colaborador de Rajoy.

El ministro portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, señaló que el Gobierno «va a batirse hasta el final» para que la AEM se traslade a Barcelona, pese a contar con duras competidoras, como Bratislava (Eslovaquia), Milán (Italia), Ámsterdam (Holanda) y Copenhague (Dinamarca).

Las consecuencias de la apuesta rupturista del cesado Gobierno catalán y las movilizaciones sociales en su favor también han puesto en riesgo mantener la celebración del Mobile World Congress, según fuentes de la Moncloa.

Méndez de Vigo anunció ayer que el Ejecutivo central ha mantenido contactos en los últimos días con responsables de esa exposición para evitar que la trasladen a otra ciudad, inquietos por el contexto político. El secretario de Estado de la Sociedad de la Información, José María Lassalle, ha explicado a la dirección del Mobile World Congress que, tras las elecciones del 21 de diciembre, Cataluña «recuperará la normalidad».