Los partidos políticos han centrado buena parte de sus programas para las elecciones generales del 28 de abril en la unidad de España y la economía. Estas son las principales propuestas en algunos de los temas candentes.

El modelo de Estado

Es uno de los temas centrales de la actuales elecciones y todos los partidos lo sitúan en el centro neurálgico de sus programas electorales para la captación del voto. Mientras los partidos independentistas mantienen el pulso al Estado, los de la derecha que protagonizan PP y Cs han endurecido su posición y abogan por la reducción de las competencias autonómicas y la aplicación del artículo 155.

El PSOE propone un Pacto de Estado para reformar el sistema de financiación autonómica y el reconocimiento de las singularidades de los distintos territorios en sus estatutos de autonomía. El PP propone endurecer los controles a las autonomías, evaluar la organización del Estado y aplicar el artículo 155. Unidas Podemos defiende la celebración de un referéndum pactado y reformar la financiación autonómica pasando de un «techo de gasto» a un «suelo de ingresos». Cs coincide con el PP en la aplicación del artículo 155, en impulsar el uso del castellano y en no indultar a los políticos presos.

Sanidad y Educación

La Educación es uno de los temas -al igual que la Sanidad- que vuelven con fuerza como argumento en todas las elecciones y cuyas prioridades cambian según quien ocupe La Moncloa. En esta campaña, caracterizada por la enorme polarización nacionalista e ideológica, el discurso sobre educación se ha centrado sobre todo en dos grandes ejes: la universalidad y gratuidad de la escuela pública y la lengua. En Sanidad, los partidos de izquierda defienden elevar las dotaciones presupuestarias y que esos mayores recursos mejoren el servicio de cobertura universal, ampliable a la asistencia bucodental (PSOE y Podemos, C’s y PP, también). Los partidos de la derecha defienden la mejora del sistema con la suma de la oferta complementaria privada (libertad de elección de médico) y con la implantación de la tarjeta sanitaria única para toda España.

En Educación, las tres derechas, PP, Ciudadanos y Vox, se han esforzado durante la precampaña en reprobar el modelo educativo catalán de inmersión lingüística, defendiendo el castellano como la «lengua vehicular ordinaria de la enseñanza en todo el territorio español» -según el programa de los populares-, lo que agudiza aún más el afán recentralizador de los partidos de la derecha del eje ideológico. Además, Cs, en la misma línea, apuesta por la escolarización en castellano, bajo el pretexto de «dar libertad a los padres y madres para escoger en qué lengua prefieren escolarizar a sus hijos». «El español debe ser lengua vehicular obligatoria y las lenguas cooficiales como opcionales», defiende Vox, que no se anda con rodeos, también recurriendo a la justificación de la libertad de elección de los padres.

El PSOE y Podemos apuestan también por incrementar la inversión en Educación por encima del 5% y por la gratuidad en la franja de 0 a 3 años.

Pensiones

Las pensiones volvieron a ser durante la campaña electoral punto de conflicto y amenaza contra el adversario. Las principales propuestas sobre pensiones son las siguientes: La promesa del PSOE es básicamente «eliminar el actual índice de revalorización y actualizar las pensiones anualmente con el IPC real». También Unidas Podemos defiende esta medida en su programa electoral para el 28-A, pero defiende la jubilación con 35 años cotizados sin penalización y pudiendo elegir libremente los años para el cómputo.

El PP defiende la necesidad de revalorizar las pensiones conforme al «coste de la vida» pero con matices. Los populares sí dejan claro que no solo vincularán las pensiones a la variación del IPC, sino también a «otros indicadores que garanticen el cumplimiento simultáneo de los principios de mantenimiento del poder adquisitivo y sostenibilidad».

El programa electoral de Cs prevé compatibilizar el cobro del 100% de la pensión con el mantenimiento de la vida laboral activa.

Fiscalidad

Las exigencias de Bruselas en términos de déficit y de deuda pública son el marco que coarta las promesas de los partidos en materia de impuestos. Sin embargo, la receta del equilibrio fiscal es distinta. Los partidos de la derecha apuestan por una reducción de la presión fiscal, mientras que la izquierda defiende incrementar la progresividad, que paguen más aquellos que más ganan.

En general, el PSOE defiende reforzar la progresividad fiscal, un impuesto sobre transacciones financieras, a las empresas contaminantes y la potenciación de la inspección de Hacienda. Unidas Podemos añade que el impuesto mínimo de sociedades sea del 15% y la bajada del IVA excepto para artículos de lujo y alimentos ultraprocesados. El PP defiende la rebaja del tipo máximo del IRPF por debajo del 40%, rebaja del impuesto de sociedades por debajo del 20% y la rebaja de impuestos a nuevos emprendedores. Cs defiende rebajas de impuestos a familias con hijos, eliminar el impuesto de sucesiones (el PP también) y rebajar los tipos máximos del IRPF.

La familia y la mujer

Las políticas de familia entremezclan distintas cuestiones tanto prácticas como ideológicas y religiosas. La derecha ha vuelto a rescatar el tema del aborto para reivindicar votos. Mientras el PP sigue defendiendo restricciones al aborto, Ciudadanos ha apostado por apoyar la gestación subrogada. La izquierda, por su parte ha destacado por el reconocimiento de nuevas formas de familias y la reciente ampliación del permiso de paternidad de cinco a ocho semanas.

El partido de Pablo Iglesias y el de Pedro Sánchez son los únicos partidos que explicitan en sus respectivos programas la defensa de la ley de salud sexual y reproductiva y de interrupción voluntaria del embarazo. También Unidas Podemos y el PSOE, junto con Cs manifiestan en sus programas su voluntad de despenalizar la eutanasia para que toda persona que padezca un sufrimiento irreversible pueda poner fin a su vida dignamente.

Sobre el asunto de la violencia machista, los principales partidos, PP, PSOE, Unidas Podemos y Ciudadanos coinciden en la necesidad de desplegar el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, aprobado -con la abstención del partido morado, que lo consideró insuficiente- en el Congreso de los Diputados. Los populares, ponen el foco en los colectivos vulnerables: mujeres discapacitadas, menores y adolescentes, mujeres del ámbito rural e inmigrantes y se comprometen en mejorar la coordinación entre instituciones para hacer frente a este tipo de violencia. Sin embargo, defienden que pase a denominarse «violencia doméstica», para incluir el caso de los hombres maltratados. Podemos defiende un cambio en el significado del concepto para que este incluya todos los tipos de violencia contra las mujeres y no solo la que es ejercida por parte de la pareja o la expareja. PSOE y Podemos defienden que la falta de consentimiento en una relación sexual siempre tenga la consideración de agresión sexual.

Inmigración

Los programas electorales ofrecen alternativas muy distintas en materia de inmigración. Mientras los partidos de izquierdas proponen flexibilizar las políticas de obtención de permisos y mejorar el sistema de acogida, la derecha es más propensa a defender la expulsión de los inmigrantes ilegales y reforzar la presencia de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en la frontera sur.

Vox es el partido con posiciones abiertamente contrarias a la inmigración. La propuesta de la ultraderecha se basa en deportar a todos los inmigrantes «ilegales» junto con aquellos que hayan cometido algún delito, además de endurecer el proceso para regularizar la situación de las personas inmigrantes y jerarquizar la acogida, dando preferencia a aquellos nacionales de países «que comparten idioma e importantes lazos de amistad y cultura con España». En la misma línea, los populares apuestan por «poner freno a la inmigración ilegal» haciendo regresar a sus países también a los menores no acompañados y que la acogida de inmigrantes quede sujeta a las demandas del mercado laboral.

Unidas Podemos se mueve en el otro lado del eje. Apuestan por impedir la repatriación de menores y facilitar la regularización de los inmigrantes que se encuentran en una situación irregular. Ambos coinciden en la necesidad de cerrar los Centros de Internamiento de Extranjeros. Sin embargo, el partido de Sánchez y pretende sustituirlos por «espacios de acogida bajo tutela de entidades sociales». Los de Iglesias, por otro lado, consideran necesario reforzar el Servicio de Salvamento Marítimo y proteger el trabajo de las oenegés. Cs propone el establecimiento de un sistema por puntos para atraer a extranjeros más formados.