Las juntas de tratamiento de las cárceles han propuesto el segundo grado penitenciario para todos los líderes independentistas condenados por la sentencia del 'procés'. La Secretaria General de Mesures Penals tiene dos meses para ratificar o no está propuesta. Pero, ¿cómo funciona el segundo grado?

¿Cómo se decide el grado?

Los presos pueden ser clasficados en primer grado o régimen cerrado -con las medidas de control más restrictivas-, en segundo -ordinario- o en tercero, que permite a los reclusos salir a diario y regresar a la cárcel solo a dormir. Un equipo integrado por psicólogos, educadores, trabajadores sociales y juristas es el encargado de proponer la clasificación de los internos, para lo que se valoran factores como la conducta en prisión, los hábitos laborales y el apoyo social y familiar, la falta de antecedentes, la ausencia de problemática toxicológica, la antigüedad de los delitos cometidos, el pago de la responsabilidad civil -no existe en la sentencia del 'procés'- o la motivación ante la rehabilitación.

A esos condicionantes, ninguno de ellos sine qua non, se añade la duración de la pena impuesta, que en el caso de los políticos presos podría dificultar su acceso al régimen abierto. Aunque los hay, son muy escasos los precedentes de condenados a penas de dos dígitos de cárcel que han logrado la clasificación inicial en tercer grado.

Los presos tienen tratamiento individualizado aunque sean causas conjuntas.

¿Se puede salir con el segundo grado?

No obstante, el segundo grado u ordinario permite también flexibilizar el régimen penitenciario hasta condiciones muy similares a las de la semilibertad mediante dos artículos del reglamento penitenciario, el 100.2 -que se aplicó al exlíder de CDC Oriol Pujol- y el 117, que ha propiciado la excarcelación de Iñaki Urdangarin para llevar a cabo actividades de voluntariado en una oenegé. Estos artículos deben ser reclamados por las defensas de los reclusos.

Ambos artículos, que deben ser avalados de oficio por el juez de vigilancia, abren la puerta a adaptar el régimen penitenciario a las circunstancias personales de cada recluso, lo que a la práctica puede implicar salir de la cárcel a diario para trabajar, hacer voluntariado o seguir tratamientos de reinserción en el exterior. Eso siempre será entre semana y durmiendo siempre en la cárcel, a diferencia del tercer grado que indica el fin de semana lo puedes pasar fuera.

¿Cuándo puedes conseguir la semilibertad?

Con el segundo grado otorgado, los presos podrán pedir cuando cumplan un cuarto de la pena (en enero será el caso de Cuixart y Sánchez) permisos ordinarios para poder salir: en total 36 días al año. Hasta ese momento el preso seguirá permanentemente en prisión. Todo esto más allá de lo explicado anteriormente sobre los artículos 100.2 y el 117, que son opciones que permite requerir una vez el preso tiene el segundo grado.

Además, cabe destacar que el grado de cada preso se revisa automáticamente cada seis meses.