Todo en manos de Carles Puigdemont. El presidente de la Generalitat se enfrenta este martes por la tarde al discurso más decisivo de su carrera política. El discurso en el que, según fuentes de su partido y del Govern, declarará la independencia de Cataluña, pero con constantes apelaciones al diálogo y a la apertura de un proceso de mediación con el Estado. El 'president' recibe la presión del soberanismo -la ANC y la CUP han vuelto a reclamar este lunes una DUI sin paliativos- y la amenaza del Estado, que le ha advertido de que suspenderá la autonomía catalana si tira adelante.

Este lunes a mediodía el PDECat ha reunido en su sede central a los principales dirigentes del partido junto a alcaldes, miembros de la Mesa del Parlament y portavoces de las distintas Cámaras parlamentarias. Y llegaba a una conclusión: este martes el 'president' proclamará la independencia, sin referencias a la unilateralidad. Lo hará porque así lo prevé la ley del referéndum votada en el Parlament, enmedio de una gran bronca por parte de la oposición por haberse laminado derechos democráticos de los grupos. Esta ley, en su artículo 4.4., indica que, en caso de vencer el 'sí' en el referéndum, el Parlament "celebrará una sesión ordinaria para efectuar la declaración formal de la independencia de Cataluña, sus efectos y acordar el inicio del proceso constituyente". Ahora bien, en el PDECat hay voces favorables a que el 'president' haga una aplicación gradual de los efectos de la declaración de independencia.

TRIPLE PRESIÓN

Solo Puigdemont sabe exactamente en qué términos se dirigirá esta tarde a la Cámara, pero su partido espera que lo haga con grandes dosis de peticiones de diálogo y mediación en el conflicto con el Estado. A él le corresponderá pues adjetivar la declaración de independencia. Y lo hará bajo una triple presión. De un lado, la CUP, la ANC y Òmnium Cultural llevan días reclamando que se cumpla la ley del referéndum y no se dé marcha atrás a la DUI.

Este mismo lunes, la ANC anunciaba una concentración ciudadana en el parque de la Ciutadella y en la Avenida Lluís Companys para apoyar la declaración de independencia, con el lema 'El pueblo ha hablado y ha dicho 'sí' a la independencia, ahora #10ODeclaración'. También la CUP comparecía este lunes exigiendo lo mismo y rechazando cualquier maniobra de dilación. "El acuerdo político es ese", avisaba el diputado 'cupaire' Benet Salellas.

De otro lado, en el seno del PDECat se han expresado, incluso públicamente, posiciones como la del 'conseller' de Empresa i Coneixement, Santi Vila, pidiendo que se posponga cualquier decisión unilateral en beneficio de un proceso de diálogo y mediación. El eurodiputado Ramon Tremosa pide imitar el camino de Eslovenia: una declaración que se deja en suspenso durante unos meses, esperando una negociación con el Estado y un reconocimiento internacional. También están en esta posición templada otras voces del partido como la de la coordinadora general, Marta Pascal, y otros dirigentes que así lo han expresado en privado.

EL GOVERN, FIRME

Desde el espacio de los 'comuns', la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha pedido también al 'president' que no se precipite para no poner en peligro la cohesión social y las instituciones catalanas. Y a Rajoy le ha reclamado que no aplique el artículo 155 de la Constitución.

En cualquier caso, la posición del Govern es firme, como asegura una voz del Ejecutivo. No serán ellos "los que desacaten el mandato del pueblo. De la gente, también de los heridos". Así, la declaración de independencia se da ya por segura y el meollo de la negociación son, insisten, los 'pero' que se le pueden poner, sobre todo en forma de un posible plazo temporal para dar lugar a una negociación. Una negociación a la que se le divisa, en el Govern, pocas opciones no solo de éxito sino, siquiera, de que el Gobierno español se siente en la mesa. "Cada vez que habla Soraya Sáenz de Santamaría o Pablo Casado es una amenaza", afirma esta voz.

SUSPENSIÓN DE LA AUTONOMÍA

El tercer foco de presión a Puigdemont es el del Gobierno del PP. Sáenz de Santamaría, la vicepresidenta del Gobierno y ministra de la Presidencia, ha dejado este lunes más claro que nunca que se pondrá en marcha el artículo 155 para "restaurar la ley y la democracia" en Cataluña si hay DUI. Una posición en la línea de lo expresado por el Rey el martes y que ha avalado el PSOE.

El responsable de comunicación del PP, Pablo Casado, ha ido más allá al sugerir que Puigdemont puede acabar como Lluís Companys, que fue fusilado. Más tarde Casado matizaba que se refería a los hechos de octubre de 1934, cuando Companys proclamó la república catalana y tuvo que dar marcha atrás a las pocas horas.

Sobre la suspensión de la autonomía, ningún miedo en el Govern. "Ya lo están aplicando por la puerta de atrás desde hace semanas. Es incluso bueno que se visualice", afirman. Ante esto solo cabrá defenderse, sin descartar ninguna opción, incluso la detención de los líderes políticos del independentismo. "Si un gato persigue a un ratón, pero le deja una vía de escape, el ratón se escabullirá. Si lo acorrala contra la pared, el ratoncito se defenderá", explica gráficamente esta voz del Govern.