En plena resaca de los fastos de la America's Cup del 2007 y con la del 2010 en el horizonte, la Autoridad Portuaria de Valencia(APV) pagó en el 2008 más de cuatro millones de euros por un yate que se ha convertido en un lastre que no sabe cómo quitarse de encima. Hoy, según ha recogido 'El BOE nuestro de cada día', el Boletín Oficial del Estado convoca una nueva subasta para su venta, tras haber quedado desierta la anterior, y rebaja en 200.000 euros el precio de salida. Se aceptan ofertas desde 1'75 millones, pero el precio de salida bajaría a 1'5 en la segunda ronda y a 1'36 en la tercera.

La embarcación, construida en un astillero de Benicarló (Castellón), mide 28 metros de eslora, tiene capacidad para 50 personas y la APV tampoco ha conseguido darle salida a las ferias especializadas a las que ha acudido en los últimos meses.

LA COMPRA, EN EL JUZGADO

La inversión total en el yate, con el mantenimiento y la tripulación, ha superado seguro los seis millones de euros pero podría incluso haber llegado a los nueve millones y la operación siempre estuvo bajo sospecha. En sus mejores momentos, el barco apenas se usaba 100 días al año y el Tribunal de Cuentas cuestionó su utilidad.

Rafael Aznar, expresidente de la APV, sigue imputado por su adquisición. Ante el juez del juzgado de instrucción número 14 de la ciudad, Aznar aseguró que se trataba de un "barco institucional" para invitar a la prensa, a proveedores y a posibles clientes y aseguró que otros puertos, como el de Barcelona o Bilbao, tienen también este tipo de embarcaciones. El fiscal, por su parte, le recordó que un año antes se había alquilado un barco para estas actividades por 150.000 euros.

El Ministerio de Fomento acaba de designar hace unos días a un ingeniero naval del colegio de Barcelona para que analice la compra del yate y el coste que debía suponer una adquisición similar en ese momento. El juez también ha pedido que se aclare qué control hubo por parte de la APV sobre la operación.