Votación de infarto en el Congreso sobre Cataluña. Cuestión simbólica, pero que ha partido al hemiciclo en dos y ha sometido al PSOE a una inmensa tensión que no se ha resuelto hasta el último instante. Finalmente, los socialistas han votado en contra y la Cámara baja ha rechazado la polémica proposición no de ley con la que Ciudadanos buscaba medir el apoyo al Gobierno en su estrategia para evitar el 1-O. La iniciativa ha caído por 166 votos en contra, 158 a favor y 5 abstenciones. De ellas cuatro corresponden a diputados socialistas (Soraya Rodríguez, Antonio Pradas, José Juan Díaz y Gregorio Cámara) que han alegado un error en la votación.

El texto ha contado con el respaldo del PP y de sus socios electorales de UPN y Foro Asturias, mientras que Unidos Podemos y los independentistas catalanes votado en contra. Con este reparto de escaños, ha sido clave la posición del PSOE, que se ha debatido entre el 'no' y la abstención hasta el último momento, después que C's se negara a aceptar su emnienda que incluía buscar una solución al conflicto en Catalunya tras el 1-O. Finalmente los socialistas han rechazado la iniciativa.

Tras la votación, el presidente de C's, Albert Rivera, ha destacado que "los únicos que han aplaudido la iniciativa han sido los diputados de ERC" y la lamentado que "el tripartito" haya acabado por imponerse como opción mayoritaria en el PSOE.

El debate

El líder de En Comú Podem, Xavier Domènech, hizo una acalorada defensa del derecho a decidir y de la necesidad de diálogo como única vía de desbloqueo. “basta de perseguir ciudadanos, papeletas, urnas y alcaldes. Hagan el favor de sentarse a dialogar y dejarse de políticas represivas”, señaló. También el PNV exigió diálogo al Gobierno, en una intervención que su portavoz, Aitor Esteban, terminó con una referencia al himno de Els Segadors, en catalán.

ERC reconoció que sus dirigentes son “insumisos al rey y al Estado de derecho para que la ciudadanía catalana pueda decidir”.

El PP desplegó una retórica áspera para defender la unidad de España y manifestó su adhesión sin fisuras a la iniciativa de Ciudadanos. Su portavoz, José Antonio Bermúdez de Castro, advirtió que su grupo tolerará una reforma de la Constitución o del modelo territorial pero que cualquier acuerdo deberá tomarse entre todos los españoles y no con un referéndum en Catalunya. “Déjense de eufemismos. No quieren dialogar. Quieren romper la unida de España y no vamos a aceptar ningún chantaje ni vamos a negociar el cumplimento de la ley”, señaló.

La proposición no de ley de Ciudadanos es meramente simbólica pero ha conseguido elevar la tensiín en el hemiciclo y ha forzado a los grupos a posicionarse respecto a las decisiones que está tomando el Gobierno en Cataluña. La iniciativa proponía que el Congreso manifestase su respaldo al Ejecutivo, al Tribunal Constitucional, al Ministerio Fiscal y al resto de representantes del Poder Judicial y de Autoridades Públicas, en la defensa de la legalidad democrática en Cataluña y, en particular, "en todas aquellas medidas que sean necesarias y adoptadas de manera proporcional para impedir la organización del referéndum".

Apoyo a los funcionarios

Asimismo, buscaba que la Cámara Baja traslade su apoyo a "todos los funcionarios del Estado", que con su labor garantizan la seguridad, los derechos y las libertades de los ciudadanos españoles y, especialmente, la de los ciudadanos de Cataluña.

La proposición no de ley también instaba al Gobierno a que "impida la utilización de recursos públicos" en la realización de todos aquellos actos destinados a la promoción, preparación y ejecución del referéndum de secesión.