La llegada del caso del máster de Pablo Casado al Tribunal Supremo convulsionó al resto de formaciones políticas, que reaccionaron con dureza contra el líder del PP. A nadie se le escapa que el varapalo al dirigente conservador llega con los partidos estrenando vacaciones y que es previsible un endurecimiento de los ataques en septiembre, con el Congreso de los Diputados en pleno funcionamiento.

El PSOE considera que el auto de la jueza Carmen Rodríguez Medel indica que Casado «no representa ni la transparencia ni la decencia», y no forma parte de una «derecha moderna» en la que los ciudadanos puedan mirarse. Así se expresó la vicesecretaria general de los socialistas, Adriana Lastra, que reprochó al dirigente conservador haber hecho la campaña de sus primarias contra Soraya Sáenz de Santamaría apelando a los «españoles que madrugan» cuando en realidad «no es un representante político digno».

Lastra recordó ayer, tras conocerse el auto de la jueza, el rosario de casos de corrupción que han salpicado a los populares y exigió a Casado que dé explicaciones cuanto antes. En su opinión, la democracia necesita que el partido conservador se regenere de inmediato y por completo.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, declinó opinar sobre el auto que pide al Tribunal Supremo que actúe para esclarecer presuntos delitos penales. «No voy calificar ninguno de los procesos judiciales abiertos», señaló desde el palacio de Marivent, donde despachó con Felipe VI, y se limitó a pedir a Casado que dé «explicaciones a los ciudadanos». «Y ahí me quedo», zanjó.

En Ciudadanos consideran que la situación de Casado es «grave» y ponen de relieve la importancia de una de sus reivindicaciones clave: que se retiren los aforamientos. Esta iniciativa fue acordada entre PP y Cs en el pacto de investidura que rubricaron ambas formaciones y que permitió a Mariano Rajoy volver a la Moncloa.

A pesar de ese acuerdo, los conservadores boicotearon (con el consentimiento del PSOE) la prohibición de los aforamientos en los trámites en el Congreso. El secretario general de los liberales, José Manuel Villegas, recordó que con esta medida Casado estaría ya imputado y se mostró esperanzado de que en septiembre se encarrile esta iniciativa parlamentaria. El dirigente de Ciudadanos pidió, además, que el caso se investigue hasta el final.

Desde Podemos criticaron que la «renovación» del PP consista en elegir a un líder como Casado, y lamentaron «el daño» que ha causado la formación a España «con su corrupción». IU bautizó al presidente del PP como «Casado, el breve», en alusión a una eventual caída del líder de los populares. Las burlas en las redes sociales sobre la polémica abundan.