Dirigentes del PP y Vox se reunieron ayer en el Congreso para intentar fraguar «gobiernos alternativos a las izquierdas» en más de una veintena de ayuntamientos y tres autonomías (Comunidad de Madrid, Aragón y Murcia). Si quieren lograrlo deben conseguir atraer a Ciudadanos, que ha vetado al partido de ultraderecha y no quiere sentarse con sus representantes a negociar la composición de ninguna administración local o regional. Ese escollo sigue en el camino, pero tanto populares como radicales mostraron su sintonía y mandaron un mensaje a la formación de Albert Rivera: hay que encontrar un «espacio común» para los tres partidos, una base programática mínima que permita alcanzar las alcaldías y los ejecutivos autonómicos y «no defraudar a los votantes».

El secretario general del PP, Teodoro García Egea, y el portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, primeros espadas de los comités negociadores, coincidieron en la necesidad de avanzar y elaborar un documento con iniciativas que las dos formaciones puedan compartir. Tienen la ventaja de que ambas ya cerraron uno en enero, para acordar la investidura de Juanma Moreno (PP) en Andalucía. «Es un buen punto de partida», aseguró García Egea ante la prensa. En aquella ocasión, el texto consensuado, de 37 puntos, incluyó la mitad de las medidas que el PP había reflejado previamente en un pacto sellado con Ciudadanos por separado.

Pero ese pacto en Andalucía se alcanzó con el PP como «árbitro» entre Ciudadanos y Vox, un sistema que la ultraderecha no acepta en estos momentos. Una de las posibles soluciones que planteó Espinosa de los Monteros ante la negativa de los naranjas a negociar con ellos es que ambos, por separado, apoyen gobiernos monocolor de los populares. En ese caso, no tendría por qué haber un acuerdo a tres bandas sino que estarían conformes con que García Egea negociara con cada uno por separado.

Los de Santiago Abascal salieron contentos de esa primera reunión oficial. «Allí donde sean necesarios los votos de los tres, los tres partidos deben tener voz y ser escuchados en la proporción en la que los ciudadanos les han apoyado», sentenció el diputado de Vox. Aun así, en la dirección del partido radical admitieron que no exigirán concejalías o consejerías para respaldar esos «gobiernos alternativos a las izquierdas». «Estudiaremos caso a caso», insisten. Una decisión encaminada a facilitar el acercamiento de Ciudadanos.

modelo de Andalucía / Esta cita a dos bandas, con los máximos representantes de los dos comités negociadores, se celebró en paralelo a los múltiples contactos que el PP está manteniendo con Ciudadanos para avanzar en las comunidades claves. En Madrid, los naranjas han pedido la presidencia de la Asamblea regional, al igual que ya ocurre en la Junta de Andalucía. En el PP lo ven bien, porque desean aprovechar esa experiencia para repetir la triple alianza. De hecho, aunque Vox lo desdeñe como «árbitro» y mantenga su exigencia de reunirse con Ciudadanos, en la sede de Génova hablan ya de que están trabajando en una «versión 2.0 del pacto de Andalucía» en toda España.

Y ante este puzle endiablado, Pablo Casado, el líder de los populares, sigue acostumbrándose a las voces críticas que ha despertado en su partido. Una de ellas, la del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, volvió a alzarse para aconsejar no echar «pulsos absurdos» al populismo y nacionalismo y repetir que no es «partidario» de que «Vox entre en los gobiernos».

La ronda del Rey / El Rey empieza este miércoles la ronda de contactos con los grupos políticos, de menor a mayor representación, de manera que la inaugura el diputado del Partido Regionalista de Cantabria, José María Ángel Mazón, y la acabará, el jueves, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.