El presidente del PP, Pablo Casado, ha recogido las turbulencias generadas por las palabras matinales de la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera, en las que se mostraba «partidaria de un indulto» para los políticos presos por el procés, para dar una vuelta más de tuerca al conflicto catalán. Casado explicó en Twitter que mañana su partido registrará en el Congreso una proposición de ley para prohibir los indultos a los condenados por rebelión y sedición.

En el mismo mensaje, Casado no ocultó el motivo de tal propuesta y apuntó que «el golpe al Estado perpetrado por los independentistas no puede quedar impune por culpa de un presidente del Gobierno que le debe su cargo a los que quieren romper España». Todo ello porque Cunillera, en una entrevista a Catalunya Ràdio, aseguró: «Si se pide el indulto, yo soy partidaria. Pero lo han de pedir».

Más tarde, la delegada del Gobierno en Cataluña aclaró que «cualquier especulación sobre lo que deba suceder después de la sentencia es prematura». En un comunicado, reafirmó su «respeto a la independencia judicial y a la separación de poderes», tras expresar en la entrevista radiofónica que es partidaria de conceder un indulto a presos soberanistas que serán juzgados por el Tribunal Supremo después de la sentencia y si estos lo piden.

Las palabras de Cunillera fueron, posteriormente, reconvenidas por el Gobierno y criticadas por el PP y Ciudadanos. La ministra de Política Territorial, Meritxell Batet, aseveró: «En el Gobierno expresamos todo el respeto a las decisiones judiciales y, en cualquier caso, no anticipamos escenarios que no sabemos cuándo se darán y si se darán». Preguntada por una posible condición en la negociación de los presupuestos generales, la ministra socialista señaló que «los partidos políticos harían bien en decidir su voto en función del contenido» de las cuentas. También la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, aseguró que «no ha lugar» a hablar de posibles indultos cuando ni siquiera se han celebrado los juicios por el procés.

Ya antes de lanzar su propuesta, el propio Casado había considerado «muy grave» que varios ministros y la delegada del Gobierno vayan contra el trabajo de los jueces, y recalcó que urge cambiar al Gobierno porque «está claro» que es «rehén» de los independentistas.

La líder de Cs en Cataluña, Inés Arrimadas, afirmó que no quiere «ni aforamientos, ni indultos a políticos que han dado un golpe de Estado, ni pactos con nacionalistas». En Twitter, el naranja Carlos Carrizosa, incidió: «Los privilegios como los indultos a los políticos que se saltan las leyes se tienen que eliminar».