Pedro Sánchez quería driblar la mayoría absoluta del PP en el Senado, donde los conservadores tienen mayoría absoluta, para garantizarse la posibilidad de sacar adelante los Presupuestos del 2019, pero se había olvidado de un obstáculo previo: la Mesa del Congreso de los Diputados. Aunque en esta Cámara ni los populares ni los naranjas suman mayoría (134 diputados y 32, respectivamente), sí que controlan ese órgano que gestiona el orden del día del hemiciclo. Este martes, PP y Ciudadanos unieron sus votos para que no se pueda tramitar por la vía de urgencia y en lectura única la reforma de la ley de estabilidad presupuestaria. El PSOE y Podemos defienden hacerlo de esa manera para modificar la norma y poder sortear el posible veto irreversible del PP a las Cuentas.

OBJETIVO DE DÉFICIT / Sánchez logró en verano pactar una nueva senda de déficit con Bruselas para los próximos tres años. Así, el objetivo de déficit para el 2019 pasa del 1,3% del PIB al 1,8%, lo que da un margen de gasto de 6.000 millones al conjunto de las administraciones. No obstante, para poder confeccionar los Presupuestos necesita que el Congreso y el Senado validen esos nuevos topes de déficit.

La propuesta del Ejecutivo, que también cuenta con el respaldo de ERC, PDECat y Compromís, consiste en volver al mecanismo anterior, en el que el Congreso, por mayoría simple, podía levantar el posible veto del Senado al techo de gasto y la senda de déficit. El peso del PP y Ciudadanos en la Mesa, que es fruto del pacto de investidura de 2016 para hacer a Mariano Rajoy presidente, les permitió rechazar el trámite de urgencia, para que se haga de manera ordinaria. El resultado de la votación en ese órgano del Congreso quedó 5 a 4: los tres representantes populares y los dos naranjas contra los dos socialistas y los dos morados.

Sánchez quería hacerlo de manera urgente (sin pasar por ponencia ni por comisión) para acelerar la presentación de unos nuevos Presupuestos y rebajar un proceso de unos seis meses al mínimo posible (unos dos, según fuentes parlamentarias). Los populares aseguran que ellos entienden la urgencia del Gobierno en algunos asuntos, como los que llevará el PSOE esta semana al pleno del jueves (sobre protección de datos y una oferta pública de empleo a refugiados y asilados), pero no ven la necesidad de imprimir esa celeridad a la ley de estabilidad presupuestaria.

PSOE y Podemos reaccionaron acusando a PP, Cs y Pastor de practicar «filibusterismo político». La portavoz del grupo socialista, Adriana Lastra, anunció que su partido volverá a llevar esta reforma la semana del 17 de septiembre, por razones de cupo en el orden del día, y una vez tomada en consideración, reclamarán de nuevo su tramitación urgente y en lectura única. Según fuentes del PP, lo podrá volver a pedir, pero se encontrará la misma respuesta de la Mesa. Otra cosa será que Sánchez logre convencer a Albert Rivera de la necesidad de modificar cuanto antes la norma para presentar los Presupuestos y los equilibrios cambien.

La ministra de Economía y Empresa, Nadia Calviño, criticó la «pinza» formada por PP y Cs en la Mesa del Congreso que, a su juicio, «no favorece que podamos avanzar en esa revisión de la senda y en la propuesta de unos Presupuestos».