Navarra se ha convertido en la excusa perfecta para Pablo Casado y Albert Rivera para parapetarse frente a los cantos de sirena que les intentan persuadir de que se abstengan en otra investidura de Pedro Sánchez. Que la socialista María Chivite pueda ser elegida hoy presidenta navarra con la abstención de Bildu es un argumento al que se aferran los líderes de PP y Cs para no hacer lo propio en el Congreso.

Buena muestra fue el despliegue de ayer en Pamplona. Allí estaban la nueva portavoz popular en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, y la portavoz de la Ejecutiva Nacional y en el Senado de Cs, Lorena Roldán. Ambas usaron el trazo grueso contra la estrategia socialista en Navarra. Chivite, que no logró ayer la mayoría absoluta en primera votación, será investida hoy con la abstención de Bildu, que ya ha confirmado que posibilitará la investidura.

«TRAICIÓN MORAL» / «Sánchez llegó al poder con la abstención de Bildu y hoy consuma la traición al consenso moral español», subrayó Álvarez de Toledo, que explicó que acudía a Pamplona para ver con sus propios ojos «la abdicación definitiva del PSOE al consenso no ya constitucional sino al consenso moral español». En un anticipo del tono que aplicará en el Congreso sentenció que «la novedad importante, desoladora, deplorable, es este homenaje público que hoy se rinde aquí a ese mundo de ETA».

Roldán también recurrió al tono duro y afirmó que «entregar Navarra a Bildu es la madre de todas las infamias» cometidas por Sánchez, a quien acusó de haber «pisado una línea roja gravísima» y de «haber traicionado al constitucionalismo».

PP y Cs coinciden en sus críticas al PSOE y su cerrojazo a la abstención en el Congreso, pero disienten a la hora de exportar la fórmula Navarra Suma (que aúna a UPN, PP y Ciudadanos). Mientras que Ana Beltrán, presidenta del PP en Navarra y nueva vicesecretaria de Organización, la veía extrapolable, Roldán dio un portazo a esta opción. «No hay intención de exportar esta fórmula a España».