Pablo Casado tiene un objetivo a corto plazo: lograr en el País Vasco otra coalición con Ciudadanos, al estilo de Navarra Suma. Y en ello están los dirigentes populares de Euskadi, donde el partido vive uno de los momentos más complicados de su historia, con falta de cuadros y todavía noqueados por los malos resultados en las dos elecciones generales del año pasado y la marcha de Borja Sémper. En abril no sacó ningún diputado por el Congreso y, en noviembre, uno, el de Beatriz Fanjul.

Según fuentes de la dirección de los populares, Casado confía en poder presentar a su partido a las próximas autonómicas vascas en coalición. Esa voluntad es clara. Menos definido está el futuro del PP en esa comunidad, que lidera Alfonso Alonso, un barón moderado que en las primarias apoyó a Sáenz de Santamaría y que ha recomendado en numerosas ocasiones a Casado que no se olvide del centro político.

Los cálculos de Génova son que el lendakari, Íñigo Urkullu (PNV), adelante los comicios a abril o mayo, como tarde, para aprovechar el viento a favor tras haber apoyado al PSOE en la investidura y antes de que el Gobierno de coalición con Podemos pueda tener problemas que se le puedan achacar a los nacionalistas vascos.

Esa alianza estuvo muy avanzada para las generales de noviembre, pero Albert Rivera la desbarató, temeroso de que fuera un lastre para Cs a nivel nacional. Ahora, fuentes del PP vasco y también del partido liberal admiten que se han retomado los contactos y dan por hecho que habrá un Vascos Suman para las autonómicas. La formación liberal, ahora conducida por una gestora tras la dimisión de Rivera, no quiere asumir una decisión así. Los candidatos a coger las riendas, con Inés Arrimadas como mejor posicionada, podrían resultar perjudicados en su carrera interna.

EL PERFIL DE ALONSO

Fuentes de la gestora aseguran que el asunto no se debatirá en público en este periodo de interinidad y confían en que el calendario dé una tregua de varias semanas. El sucesor de Rivera se proclamará de manera definitiva el 11 de marzo. Aunque Urkullu convocara ya las elecciones, estas no se celebrarían hasta 54 días después, es decir a finales de marzo.

En la gestora de Ciudadanos no cuadra el perfil de Alonso como líder de esa coalición. Fuentes de ese órgano consideran que "no es el mejor cabeza de cartel" por relacionarlo con "el PP del pasado, de Mariano Rajoy y de Soraya Sáenz de Santamaría". "Pero hay pros y contras y nosotros necesitamos al PP, igual que ellos nos necesitan a nosotros", continúan. El lunes se celebrará una junta directiva en la que se nombrará al nuevo presidente de los populares guipuzcoanos tras la salida de Sémper. Antes de irse, señaló a Borja Corominas, concejal en el ayuntamiento donostiarra, como su sucesor. Se comprobará si Génova sigue la recomendación o empieza a reformar el PP vasco a su gusto.