1. Suspensión del pleno tras el aviso del Constitucional

Sobre el ‘Parlament’ se cierne la resolución del Tribunal Constitucional ante el requerimiento del Gobierno para que suspendiera el pleno de investidura previsto para hoy. Dicho tribunal no ha vetado la sesión, pero sí ha establecido una serie de condiciones. De ellas, la primera y más importante es que «no podrá votarse al diputado Carles Puigdemont como candidato a presidente de la Generalitat a través de medios telemáticos ni por sustitución por otro parlamentario», justo las vías que se han ido deslizando estas semanas desde el entorno del ‘expresident’, a quien se le insta a pedir permiso al Tribunal Supremo para que decida si le deja acudir presencialmente al pleno sin ser detenido. En espera del fallo definitivo del TC, que no debería exceder el plazo de 10 días, el presidente del Parlament, Roger Torrent, podría optar por suspender el pleno. Una decisión que, si bien contentaría al llamado bloque constitucionalista no contentaría en absoluto a sectores independentistas. En especial a JxCat y la CUP.

2. La Mesa avala la investidura a distancia

La situación completamente opuesta al primer escenario sería una respuesta en bloque de los independentistas por la vía de la desobediencia, forzando una interpretación sui generis del reglamento del Parlamento que permitiera investir a distancia a Puigdemont. Con la renuncia al escaño de los exconsejeros Clara Ponsatí, Lluís Puig y Meritxell Serret y la posibilidad de voto delegado de los electos encarcelados Oriol Junqueras y Jordi Sànchez, los independentistas suman los 68 diputados de la mayoría absoluta: 33 de JxCat (todos salvo el candidato Puigdemont); 31 de ERC (todos salvo el exconsejero Toni Comín) y 4 de la CUP. Los anticapitalistas no han dado el visto bueno a la espera de que se acepten sus condiciones (entre ellas, no renovar las subvenciones a colegios religiosos que segregan a los alumnos por sexo), pero difícilmente se opondrán a investir a Puigdemont. Ahora bien, al mismo tiempo, existen reticencias en ERC y el PDECat de forzar nuevos choques legales. Y Ciudadanos, PSC y PP ya han avisado de que se irán del hemiciclo si se intenta esa votación y la recurrirán ante el TC.

3. Otro candidato o una asistencia de riesgo

A la espera del dictamen definitivo, el Tribunal Constitucional estableció en su resolución del pasado fin de semana que Carles Puigdemont no podía ser investido a distancia. Sin embargo, los magistrados no vetaron en ningún momento la posibilidad de que sea otro el diputado de los grupos independentistas quien presente su candidatura para presidir la Generalitat. Es competencia del ‘president’ del ‘Parlament’ proponer al candidato, y el exconsejero Jordi Turull ha sonado en quinielas pasadas como posible sustituto simbólico de Puigdemont. También se han filtrado otros nombres como el de Elsa Artadi, pero JxCat (que no el PDECat) rechaza por activa y por pasiva cualquier otro presidenciable: o Puigdemont o elecciones. Entonces, bloqueada la investidura telemática por los tribunales, al ‘expresident’ le queda la opción de intentar asistir al pleno, pero es consciente de que, aunque llegara a poder entrar en el hemiciclo, a la salida le estaría esperando la policía para detenerle y llevarlo al Supremo.

4. Torrent cede la palabra a los diferentes grupos

Una vía intermedia entre los escenarios que podrían generar un mayor conflicto sería la del presidente del Parlamento abriendo la sesión de investidura con una explicación a los diputados presentes en la Cámara catalana los requerimientos que ha emitido el Tribunal Constitucional al respecto de la investidura. Como árbritro de institución, Torrent podría ceder la palabra a los diferentes grupos parlamentarios para que se expresaran sobre cómo actuar. Probablemente, tanto JxCat como la CUP apostarían por desobedecer el fallo cautelar del tribunal, al contrario que los constitucionalistas y con la incógnita de los ‘comuns’. ERC, dadas las implicaciones legales que puede tener para Torrent, podría apostar por acabar suspendiendo el pleno tras escuchar a las partes y esperar al fallo definitivo del TC. Se demoraría así más de una semana la decisión, lo que permitiría a los republicanos seguir intentado convencer a Puigdemont para que renuncie a su candidatura en pos de un fin superior. JxCat, sin embargo, continúa impermeable por ahora a dichas peticiones, convencido de que tampoco les iría mal repetir unos comicios.