La Policía Nacional analiza los “285 núcleos locales” de los Comités de Defensa de la República (CDR) en un informe confidencial al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO y asegura que "se perfilan como una amenaza real para la estabilidad y la paz social" en Catalunya, pues "cuentan con capacidad y determinación para llevar a cabo acciones de violencia callejera (kale borroka)".

El análisis de inteligencia de la Comisaría General de Información, fechado el 4 de abril, recoge el "salto cualititativo" que han dado los CDR desde las elecciones del 21 D. Han pasado, asegura, "de basarse en principios de resistencia pasiva y mera denuncia de la situación política a ser parte activa en actos de vandalismo, sabotaje, cortes y ocupaciones de grandes vías, acoso activo a sedes de partidos políticos, incluyendo personas, instituciones y entidades que puedan tener relación con el Estado".

Contrapoder

La policía define a los CDR como un "movimiento de contrapoder", y señala que "han demostrado poseer capacidad para activar una respuesta con cierto grado de violencia, pasando de un perfil bajo a una violencia de carácter insurreccional, que podría producir un enfrentamiento civil en Cataluña".

El informe lo ilustra con un argumento que atribuye a los CDR de El Vallés:"Buscar acciones más contundentes y menos simbólicas, porque la gente está un poco harta de colgar lacitos". La policía reconoce la fortaleza de estos grupos, al escribir que su "estrategia de movilización permanente puede extenderse a cualquier punto territorial de Cataluña".

Los analistas de inteligencia concluyen que Òmnium Cultural y la ANC han "perdido el control de las movilizaciones" por la independencia y han sido desplazadas por Arran y los CDR, a quienes califican de "verdaderos catalizadores de las protestas". Constatan que hay un "desacuerdo en la forma de llevar a cabo las protestas públicas dentro de la movilización de la base social independentista". Las nuevas movilizaciones, ya lideradas por los CDR, añade el informe, son "más comprometidas y beligerantes".

El informe policial da una explicación sobre el crecimiento de los CDR. Señala que "la falta de acuerdo político para investir a un Presidente de la Generalitat viable ha generado una sensación popular de que por la vía pacífica y el diálogo solo sale ganando el gobierno central con la vigencia del artículo 155" de la Constitución.

Los analistas policiales recogen la "frustración social" generada en Catalunya por esa situación y creen que los CDR "aprovechan esa ventana de oportunidad para ser visualizados como único camino capaz de avanzar y desbloquear la actual situación de control del Estado". En esa línea, señalan que se "vislumbra una cada vez mayor aceptación de la violencia como alternativa para el logro de los fines independentistas".

El informe explica que "desde distintos sectores de la sociedad" se han esgrimido las protestas de los CDR "para edificar el relato basado en la existencia de violencia en la raíz del secesionismo, llegando a compararse con la kale borroka (…) que fueron perpetrados por individuos que, en algunos casos, dieron el paso a la banda terrorista ETA". Los analistas no valoran si existen en Catalunya hoy esas similitudes. Eso sí, en sus conclusiones señalan que las acciones de acoso se "están produciendo de forma continuada" y que "superan la frontera de la mera desobediencia para llegar a verdaderas acciones de terrorismo callejero".