Los miembros de ETA Iñaki Igerategi e Ignacio Otaño, condenados por colaborar en el asesinato del exjefe de la Policía Local de Andoain (Guipúzcoa) Joseba Pagazaurtundua, salieron ayer de prisión tras cumplir seis años de condena.

Ambos fueron recibidos en los aledaños de la plaza Zamua de Andoain por alrededor de unas 200 personas que corearon gritos en euskera de «Presos vascos a casa» y desplegaron una gran pancarta con la leyenda en euskera «Bienvenidos. Dos menos».

En la acera opuesta a la que se estaba desarrollando este acto, la secretaria general del PP vasco, Amaia Fernández, acompañada del presidente del PP de Guipúzcoa, Borja Sémper, y otros miembros del partido, portaban fotos del exjefe de la policía asesinado. Fernández denunció «la desmemoria y desvergüenza» de los homenajes multitudinarios. Por su parte, la hermana del asesinado y eurodiputada de UPyD, Maite Pagazaurtundua, exigió el pasado viernes a la alcaldesa de Andoain, Ane Karrere (EH Bildu), que impidiera el recibimiento.

Igerategi y Otaño fueron condenados por la Audiencia Nacional por estar integrados en el comando ZIP, dedicado al cobro del llamado impuesto revolucionario y a dar información sobre objetivos, como fue el caso del exjefe de Policía, que fue asesinado en el 2003.

Ambos aceptaron la condena tras reconocer los hechos en el juicio que se celebró en marzo del 2015, aunque habían sido arrestados en febrero del 2012, por lo que sus penas terminaron este mes.

Por otro lado, la Sección Primera de la Audiencia Nacional juzga hoy al histórico etarra Anton Troitiño, que se enfrenta a una pena de 11 años de prisión tras ser excarcelado por error en el 2011 y huir a Reino Unido, donde permaneció desde entonces hasta su extradición el pasado mayo.

Hasta su huida, el etarra había pasado 24 años en prisión, y su salida de la cárcel no estaba prevista hasta enero del 2017 en aplicación de la doctrina Parot.