En su discurso, Felipe VI dedicó un mensaje de "gratitud, homenaje y admiración" a su padre, el rey Juan Carlos, que no participó en la ceremonia. La ausencia no pasó desapercibida para los parlamentarios y se convirtió en el chascarrillo del día. Según un portavoz de la Zarzuela, no se contó con él porque se trataba de una sesión solemne del Congreso "con el mismo patrón que el de la proclamación", cuando el rey emérito tampoco participó para evitar quitar protagonismo al actual Monarca. Diferente habría sido, añade esa fuente, si el Congreso hubiera decidido que el homenaje discurriera en el Salón de los Pasos Perdidos. En ese caso, apunta, la Zarzuela tenía previsto que fueran Juan Carlos y Sofía. Algunos medios, en todo caso, aseguran que el gesto ha molestado al exjefe del Estado.

Por ahora el rey emérito solo ha recibido un homenaje por su labor para que esas primeras elecciones pudieran celebrarse. Lo hizo la asociación hispano-francesa Diálogo en un restaurante en Madrid el 15 de junio, el día concreto de los comicios.