«Tenemos que poner a punto Podemos», sentenció Pablo Iglesias la semana pasada coincidiendo con el sexto cumpleaños de la formación. La celebración ha pillado a los morados con varias de sus organizaciones territoriales descabezadas y con directivas en interinidad para tomar las decisiones necesarias del día a día. La solución, como ya avisó el ahora vicepresidente segundo del Gobierno, pasa por convocar en mayo las Asambleas Ciudadanas Autonómicas de Madrid, Andalucía, Valencia, Murcia, Castilla-La Mancha, Cantabria, La Rioja y Extremadura. Una lista a la que podrán sumarse el resto de territorios si lo desean.

En todas estas regiones, las bases elegirán entre el 14 y el 20 de mayo a los secretarios generales autonómicos, a los Consejos Ciudadanos territoriales y los documentos programáticos y organizativos que regirán el camino que sigan durante los próximos cuatro años.

Los problemas internos colocaron a Cantabria y La Rioja en una situación delicada hace más de un año, cuando la judicialización de los procesos organizativos desmontó la cúpula de ambas organizaciones.

Un tiempo similar llevan sin líder en Podemos Comunidad de Madrid tras la dimisión de Ramón Espinar por desavenencias con la cúpula estatal a la hora de afrontar la marcha de Íñigo Errejón.

El cofundador morado dejó a Murcia sin dirección al arrastrar al exsecretario general de la región Oscar Uralburu a Más País.

Los desastrosos resultados de las elecciones autonómicas obligaron a la cúpula de Castilla-La Mancha a dimitir en bloque tras no lograr ningún escaño y, pasados los comicios, el exsecretario general valenciano, Antonio Estañ, dejó vacante su puesto para dar entrada a «un equipo distinto, con energías renovadas».

El caso de Andalucía y Extremadura es diferente. En ambas comunidades, las direcciones concluyeron su mandato de cuatro años y se mantenía a la espera de concluir el ciclo electoral. Ahora, todos los ojos están sobre la líder andaluza, Teresa Rodríguez, y si decide presentarse para ser reelegida.