El coronel Diego Pérez de los Cobos declaró este martes ante el tribunal del 'procés' que los Mossos fueron comunicando a los colegios que iban a ser centro de votación el 1-O que no actuarían ante la presencia de niños, personas mayores y vulnerables, una circunstancia que el testigo dio a entender que se utilizó por el Cuerpo para "hacer un llamamiento" a los convocantes del referéndum ilegal "para que se produjera ese escenario definido" por el cuerpo "para no poder actuar". Fue cuando comunicaron que los centros tenían que estar desalojados a las 6 de la mañana del 1-O, momento en el que se personarían de nuevo y tendrían que actuar "a no ser que hubiera tal masa de ciudadanos que lo dificultara".

A preguntas de la fiscal Consuelo Madrigal, Pérez de los Cobos dijo que supieron "después de que las visitas" a los centros "habían tenido una finalidad contraria" al mandato judicial, "ya que se trasladaba por parte de los Mossos" la parte dispositiva, es decir, que el centro debía estar cerrado el día 1, pero a la vez precisando que tendrían que actuar "a no ser que hubiera mucha gente que lo dificultara, ya que siempre actuarían teniendo en cuenta la proporcionalidad y la contención y que en ningún caso harían uso de la fuerza". "Hicieron un llamamiento para que acudieran a las 5 horas suficiente gente para que cuando a las 6 fuera una patrulla de los mossos hubiera suficiente gente para no actuar", y en la misma línea que el mayor Josep Lluís Trapero había dicho en la junta de seguridad no se actuaría contra personas vulnerables.

Explicó que si los efectivos de los Mossos era "insuficientes, inadecuados e inapropiados", como "desgraciadamente" ocurrió, Policía y Guardia Civil actuarían "por propia iniciativa". "La actuación de nuestras unidades pretendió ser lo más escrupulosa posible, profesional y proporcional. En ningún caso se encaminó sobre las personas que estaban allí ni se desalojó los locales. Dentro de esas murallas humanas habían grupos perfectamente organizados y jerarquizados. Vimos gente encapuchada y personas que alertaban de la proximidad de nuestra llegada para impedir nuestra intervención de forma contundente. En ningún caso hubo intervención contra votantes, salvo contra aquellas personas que impedían el acceso al local", aseguró.

Como también hizo el exdelegado del Gobierno Enric Millo, cuando el presidente de la Generalitat "hizo un llamamiento para defender las urnas, se complicaron mucho más las actuaciones policiales, porque el grado de virulencia de esos grupos que querían parar" su "actuación se incrementó". Pese a ello negó que hubiera alguna "carga policial ese día, que se destina a desalojo de un lugar, pero como estas fuerzas se rigen por "un uso exquisito de la proporcionalidad", intentaron impedir el referéndum con el "menor coste posible" para el ciudadano y los agentes, pero dado el nivel de agresividad que se detectó las consecuencias lesivas habría sido muy superior a las que conocimos. En ningún momento se dio orden a parar la actuación.

"Desde la jefatura de los Mossos se puso en marcha un operativo más encaminado a facilitar el referéndum ilegal que no ha impedirlo", y ahí enmarcó tanto los mecanismos con el que las parejas de agentes debían pedir refuerzos y las vigilancias a las que se sometió a los agentes policiales y guardias civiles. Y en cuando a los colegios cerrados por la policía catalana, señaló que luego se comprobó que se había votado, incluso por más personas que las censadas.

INJERENCIA

Pérez de los Cobos dijo que su nombramiento como coordinador del operativo por parte del fiscal superior catalán, el fallecido José María Romero de Tejada, fue considerado "una injerencia" y "una invasión de competencias" por parte del mayor de los Mosos Josep Lluís Trapero. El testigo relató una cercanía total entre el máximo responsable policial del cuerpo policial y el exconsejero Joaquim Forn o el expresidente Carles Puigdemont en relación con la actuación del cuerpo el 1-O, en la misma línea en la que el exdelegado del Gobierno Enric Millo definió como "alienación política".

Y así lo manifestó en varios encuentros. En el del 23 de septiembre, el fiscal superior abordó el plan de actuación y le dijo que el aportado por los Mosos "no parece encaminado a evitar un referéndum prohibido, sino a unas elecciones". Pérez de los Cobos dice que él añadió que "ese plan de actuación no impedía el referéndum", lo que Trapero respondió diciéndole al fiscal superior que no reconocía en el coronel "la potestad para darle instrucciones".

El testigo se mostró sorprendido por la respuesta de Trapero sobre los operativos, en la que anunció un "ya tendréis la respuesta", en referencia a la carta que el exconsejero Joaquim Forn había dado al ministro del Interior, José Ignacio Zoido, en la que niega que los mossos d'Esquadra necesiten apoyo de la Policía y la Guardia Civil. Según el testigo, el imputado en la Audiencia Nacional "conocía el contenido de esa carta remitida por el consejero catalán y, al parecer, compartía su opinión", porque la volvió a realizar en la reunión del 27, momento en el que también planteó la necesidad de saber qué es un referéndum, porque " a ver si iban a tener que actuar con cuatro votando en una caja de zapatos".

Según Pérez de los Cobos, "las dudas sobre la actuación de los Mossos para el 1-O la tenía toda la ciudadanía y toda la sociedad. La pregunta que se hacía todo el mundo era qué harían los Mossos, si se le ordenaba por la autoridad judicial". Señaló que de hecho ya lo había tratado quien fue director general de la policía de la Generalitat, Albert Batlle, hasta la llegada de Forn a la Consejeria de Interior. Según el testigo, Batlle le había dicho que mientras él estuviera siempre cumplirían las órdenes judiciales. Ferran López le había dicho algo similar.

REUNIÓN KAFKIANA

El coronel utilizó el mismo adjetivo que el exdelegado del Gobierno Enric Millo para definir la junta de seguridad convocada por el presidente de la Generalitat Carles Puigdemont para coordinar los dispositivos de seguridad para el referéndum: "kafkiana". Por el mismo motivo: "los que estaban al otro lado de la mesa eran los que habían convocado lo que se tenía que impedir".

Según el testigo, Trapero perdió "una oportunidad de oro" para no asistir, porque no formaba parte de la junta de seguridad y para evitar "los comentarios que compartía con los que estaban a su lado de la mesa". Estos consistían en que "el bien supremo o sagrado era la convivencia ciudadana". "Parecía que quería agarrarse como a un clavo ardiendo a esa expresión para condicionar una actuación policial. Le dije que no se podía confundir el objetivo que era impedir el referéndum ilegal", explicó el testigo.