Francisco Nicolás Gómez Iglesias, conocido como el 'pequeño Nicolás', ha defendido este lunes su inocencia de la ristra de delitos de los que se le acusa por simular presuntamente ser un enlace de la Casa Real en un viaje a Ribadeo (Lugo) para engañar a un empresario y ha recalcado que cree que los hechos que encuadran con su versión no son constitutivos de delito.

Así lo ha señalado Gómez Iglesias a su llegada a la Audiencia Provincial de Madrid, donde está señalado el juicio por los hechos sucedidos en agosto del 2014. Se enfrenta a siete años de prisión por delitos de usurpación de funciones públicas, falsedad documental y cohecho pasivo.

SU ABOGADA DENUNCIA "PRESIONES"

A preguntas de los medios, ha afirmado que es inocente y que pedirá un aplazamiento de la vista al querer apartarse del caso su abogada tras denunciar "presiones y coacciones" ante el juzgado instructor.

Gómez Iglesias ha indicado que quiere que la vista se celebre cuanto antes, ya que son "muchos años" y está "cansado". Además, ha recordado que en el 2018 fue absuelto de delitos de calumnias e injurias contra el Centro Nacional de Inteligencia (CNI).

Junto a él se sentarán en el banquillo de los acusados el cabo de la Policía Nacional, Jorge González Hormigos, y el Policía Municipal de Torrijos (Toledo), Carlos Pérez López-Dávila, para quienes se piden cinco años y medio de prisión a cada uno.

EL PRESUNTO DELITO

A principios del mes de agosto del 2014, según se desprende del escrito de acusación, Gómez Iglesias propuso organizar una reunión a un empresario al que le hizo creer que actuaba en calidad funcionario público como un enlace entre la Vicepresidencia del Gobierno y la Casa Real.

Después de varios contactos, el 13 de agosto ambos mantuvieron un almuerzo en un restaurante de Ribadeo al que, según el acusado, "asistiría una persona muy importante de la Casa Real".

Para llevar a cabo su plan Gómez Iglesias había contactado previamente con Jorge González Hormigos, un policía nacional destinado en el Grupo de Escoltas y Protección, "a quien le pidió, a cambio de una gratificación por sus servicios, que le proporcionara los medios policiales necesarios para hacerse pasar por un cargo público y aparentar carácter oficial al almuerzo".

Mientras, Gómez Iglesias solicitó a la Policía Municipal de Ribadeo que les acompañara en la comitiva, telefoneó al Presidente del Club Náutico para informarle de la visita de una alta personalidad de Casa Real, contrató el alquiler de cuatro vehículos con sus respectivos conductores, reservó tres mesas en el restaurante y hasta confeccionó en un ordenador personal acreditaciones del Ministerio del Interior para los vehículos.

Sobre las 5 horas del 13 de agosto la comitiva partió desde Madrid en la que Jorge González Hormigos y Carlos Pérez López-Dávila se identificaron al resto del grupo como policías que realizaban labores de escolta a una autoridad y colocaron acreditaciones oficiales del Ministerio del Interior en dos vehículos.

Ya en el restaurante el acusado fue recibido por el alcalde de Ribadeo, a quien también se presentó como enlace entre Vicepresidencia del Gobierno y Casa Real, y a continuación, dio comienzo el almuerzo con el empresario. Al término de la cita, emprendieron viaje de regreso a Madrid.