El acuerdo entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón ha cruzado este lunes varias fronteras y ha pasado de ser algo remoto a entrar directamente en el reino de la fantasía. Lo revela el plantón que esta mañana han dado las corrientes pablista y anticapitalista al sector errejonista, que había convocado un encuentro para llegar a un pacto en materia de igualdad. A nadie se le escapa que en este ámbito apenas existen discrepancias y se daba por hecho que, por lo menos en feminismos, habría entendimiento. Sin embargo, ningún miembro de estas facciones ha acudido a la cita y tampoco se ha puesto en contacto con la promotora del encuentro, Clara Serra. El fracaso constituye la muestra más evidente de las dificultades que atraviesa el proceso de negociación. Aunque los puentes entre Iglesias y Errejón siguen tendidos nadie parece dispuesto a cruzarlos. Y solo tienen hasta el miércoles para hacerlo.

Nadie quiere decretar la defunción del diálogo ante unos simpatizantes que quieren entendimiento, pero resulta significativo que quienes tienen que buscar el acuerdo llamen a “desdramatizar” que este no se alcance. Pablo Bustinduy, delegado de Errejón en la negociación, ha admitido que en buena medida dependerá de la “actitud” que se muestre en lo que resta de tiempo y ha lamentado que esa no sea la ideal. “Tengo la sensación de que somos los únicos que vamos a todos los foros”, ha señalado. También ha llamado a no caer en la trampa de ver el desacuerdo como la ruptura de la unidad, ha insistido en que después de la asamblea estatal -venza quien venza- continuarán trabajando juntos y ha admitido equivocaciones. “Hemos cometido muchos errores comunicativos. Bastantes errores. Hemos convertido el enfrentamiento en un duelo con tintes de tragedia griega”, ha opinado, para insistir en que elegir entre dos propuestas es, en realidad, un ejemplo de democracia interna y no un duelo a vida o muerte.

UNIDAD SÍ, REUNIONES NO

La responsable de Igualdad, Clara Serra, ha admitido que es “preocupante” el desencuentro de este lunes porque, a su juicio, era perfectamente posible llegar a un acuerdo. Según ha explicado, pablistas y anticapitalistas cerraron su propio acuerdo sobre igualdad antes incluso de que se abriera el periodo para negociar. “Nos han dicho que la unidad es su documento y que nos sumemos a ese documento. Pero eso no es una actitud negociadora. Llama la atención que los que llaman a la unidad no vengan a las reuniones”, ha apostillado. En el encuentro, el equipo errejonista (Recupera la Ilusión) ha cerrado un acuerdo con el círculo estatal de LGTB (Lesbianas, gays, transexuales y bisexuales) y con el de mujeres mayores de 50 años, cuyas propuestas han incorporado a su proyecto.

En las negociaciones políticas con el equipo de Iglesias, los escollos más destacados siguen siendo, según Bustinduy, el poder del secretario general (capacidad de convocar consultas), las incompatibilidades de los cargos y la comisión de garantías.

Las negociaciones tienen todavía hasta la medianoche de miércoles a jueves para buscar un acuerdo pero el tono de los dirigentes, el plantón del lunes, y las tácticas de campaña que se evidencian en las últimas horas hacen prever que los simpatizantes deberán elegir rumbo político: cavar trincheras como pide Iglesias o desplegar velas, tesis de Errejón.