La oposición de derechas ha salido este miércoles en tromba contra el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, por la crisis en el seno de la Guardia Civil, el nuevo frente político que se le ha abierto al Gobierno, tras su pacto con EH Bildu (después rectificado) para derogar toda la reforma laboral en los próximos meses. Ambas polémicas han copado la sesión de control al Gobierno, pero sobre todo la destitución del jefe de la Comandancia del instituto armado, Diego Pérez de los Cobos, por el informe aportado a la investigación judicial sobre las manifestaciones del 8-M en Madrid y los contagios de coronavirus. Tanto el PP como Vox han exigido la salida del ministro. Cs, algo más cauto, también ha pedido explicaciones.

Primero, en su intercambio con Pedro Sánchez, Pablo Casado ha pedido la marcha de Marlaska ("sobra", ha dicho) y ha acusado al Ejecutivo de "sabotear la independencia judicial" y "amordazar" a los españoles. "Desde Luis Roldán nadie había manchado así a la Guardia Civil", ha señalado el líder del PP. El presidente ha contestado con una constante en sus debates con el líder de la oposición: identificarlo con la ultraderecha. "Si usted habla como Vox, actúa como Vox y vota como Vox, si no es lo mismo, empieza a parecer lo mismo que Vox. Y eso es un problema para la democracia española", ha dicho Sánchez.

Después, el enfrentamiento ha subido varios grados, con el número dos de los conservadores, Teodoro García-Egea, acusando al Gobierno de "fulminar a todo el que le molesta" y recordando un precedente ocurrido hace más de un siglo, cuando el fundador de la Guardia Civil, Francisco Javier Girón, duque de Ahumada "se negó a cumplir un orden del general Ramón Narváez", cuando este era presidente del Gobierno. El vicepresidente social, Pablo Iglesias, le ha pedido que aclare si estaba llamando a la "insubordinación" de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

La querella

Y por último, el propio Marlaska ha tenido que contestar a siete preguntas sobre la crisis en el instituto armado, ampliada con la dimisión de su director operativo, Laurentino Ceña, el pasado martes. Ese día, Marlaska redujo el incidente a un "proceso natural" de "cambios de equipos" y anunció un aumento del sueldo de la Benemérita y la Policía Nacional.

Varios diputados populares han insistido en la necesidad de que el ministro se marche, acusándole de "robar la democracia", no respetar la división de poderes y "traicionar a la Guardia Civil". Desde Vox, la portavoz adjunta, Macarena Olona, ha anunciado que su partido se querellará contra el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, y la directora general del instituto armado, María Gámez. "Usted, o sus subordinados, van a caer", le ha dicho a Marlaska. Algo más cauto, el portavoz de Cs, Edmundo Bal, se ha centrado en la subida salarial recién aprobada. "¿Cree usted que la Guardia Civil es tonta? ¿Cree que va a comprar su silencio?", le ha preguntado al ministro el dirigente de Cs, aliado del Gobierno en las sucesivas prórrogas del estado de alarma.

Como el día anterior, Marlaska ha desvinculado la crisis en el cuerpo de la mejora en los sueldos, ha insistido en que desconoce el controvertido informe sobre el 8-M y ha negado cualquier injerencia.