Conceden en el Parlamento que el papel de líder de la oposición está en liza, pero mientras Pedro Sánchez o Pablo Iglesias ganan esa bandera, nadie discute que el PSOE revitaliza su rol como azote del PP. En apenas unas semanas al frente de los socialistas, el nuevo secretario general ha enterrado la línea política de la gestora para imprimir un tono más contundente que permite vislumbrar una mayoría alternativa.

Hasta dónde pueda llegar el romance entre socialistas y morados está por ver, porque ambas formaciones basan su crecimiento electoral en el hundimiento del adversario, por la desconfianza personal entre sus líderes y porque tienen que seducir o bien a Albert Rivera o bien al independentismo. Y, sin embargo, en el corto plazo, hechos. Sánchez rearma al PSOE en el Congreso con una posición más beligerante contra el PP y más capaz de llegar a acuerdos no solo con los podemistas, sino también con Ciudadanos, casi en un espejismo de aquel Gobierno que no se permitieron, en marzo de 2016. Abierto a reflexiones, el capítulo de responsabilidades.

En lo inmediato, PSOE, Unidos Podemos y C’s consiguieron ayer arrinconar a un PP herido y sacar adelante sin cortapisas la comisión que investiga la financiación ilegal del partido en Gobierno. No fue gratuito. Los populares, indignados, confirmaron sus amenazas y tras un recurso sin esperanza alguna a la Mesa del Congreso, aseguran que pedirán amparo al Tribunal Constitucional (TC) para que anule una comisión que consideran «ilegal».

GIRO EN DOS COMISIONES CLAVE / La subida de tono del PSOE en el Congreso -a pesar de que Sánchez está sin escaño en el hemiciclo- coge al PP a contrapié. No oculta su malestar por la mano dura que, de súbito, han mostrado los socialistas en dos comisiones clave: la que investiga su caja B y la que fiscaliza la operación Cataluña.

En la primera, los populares han perdido el control, a pesar de que llegaron a votar a favor de su creación en el pleno del Congreso, convencidos como estaban de la improbable vuelta de Sánchez al frente del PSOE.

Ahora, con Podemos y Ciudadanos han citado a los cinco responsables de las finanzas del partido, comenzando por la comparecencia de Luis Bárcenas el próximo 26 de junio.

Tras ellos, declarará el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, todavía sin fecha asignada pero con toda probabilidad después del verano.

La comisión de investigación de la operación Cataluña se ha convertido casi en un trámite gris, pero en sus tripas ha ido cristalizando esa transformación del PSOE. De querer cerrar la comisión alineados con el PP, los socialistas se muestran ahora abiertos a nuevas comparecencias de cargos policiales. El propio Sánchez se ha implicado en el giro de posición.

El equilibrio de los portavoces socialistas es casi de funambulismo, pero evidencia una progresión que sitúa al resto de la oposición en la perplejidad. Ciudadanos busca un hueco acordeónico entre PP y PSOE. Rivera pide a los populares «colaboración y calma». Más preocupado aún está el PP que, directamente, acusa a Sánchez de dejarse arrastrar por Iglesias hacia el radicalismo. Aunque está por ver quién arrastra a quién. Y hacia dónde.