Con mofa, alboroto y regocijo recibió la bancada popular del Senado este lunes la intervención de la flamante ministra socialista de Hacienda, María Jesús Montero, en defensa de la tramitación del proyecto de Presupuestos del Estado para el 2018 de Mariano Rajoy.

La situación era sin duda paradójica. Nunca se había visto nada igual. El éxito de la moción de censura contra Rajoy y la formación de un nuevo Gobierno en medio de la legislatura ha provocado la imagen inédita de una ministra socialista abogando por la tramitación de unos Presupuestos del PP. De «esperpento» calificó la situación el portavoz popular en el senado, José Manuel Barreiro, echando mano de su paisano gallego Ramón del Valle Inclán. El diputado de PDCat Joan Bagué prefirió evocar el «surrealismo de Dalí».

Pero la ministra Montero subió a la tribuna del Senado sin complejos. Y elevó el tono para pedir al pleno del Senado que conceda vía libre a las cuentas del 2018 para que el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez pueda centrarse ya en el nuevo proyecto de Presupuestos del 2019 en los que el PSOE quiere imprimir su propio giro social.

«Tenemos experiencia para ello», dijo la ministra apelando a su gestión económica previa en la Junta de Andalucía, donde consiguió una reducción drástica del déficit público y cumplir con la exigente regla de gasto diseñada por su antecesor, el ministro Cristóbal Montoro. «Sabemos gestionar de otra manera, con acento social, fiabilidad y solvencia ante nuestros socios europeos», remachó la ministra en un discurso en el que el tono político se impuso sobre los argumentos económicos.

«Estos Presupuestos no son los que hubiera elaborado este Gobierno», dejó claro la ministra antes de mostrar su comprensión con los cinco grupos políticos (Unidos Podemos, ERC, PDeCAT, Compromís y Bildu) que habían presentado sendos vetos parlamentarios contra las cuentas del 2018. El PSOE, que sí presentó en el Congreso una enmienda de totalidad contra el Presupuestos, rehusó hacerlo después en el Senado. Y, rizando el rizo, el PSOE decidió votar con el PP en contra de los cinco vetos presentados, todo ello dentro del mundo al revés en el que ha quedado convertida la tramitación de los Presupuestos en el Senado.

Para Montero, «lo importante es caminar sobre estos Presupuestos» con la mirada puesta en el 2019. Antes de que finalice el mes de junio Hacienda debería aprobar el techo de gasto presupuestario del 2019, aunque llegado el caso no sería la primera vez que se incumple este plazo.

Para rematar lo paradójico de una situación tan inédita como esta, Montero reprochó al grupo popular la presentación en el Senado de «autoenmiendas parciales», a su propio proyecto de ley, «con el único propósito de buscar complicaciones».

Se estaba refiriendo la ministra a la veintena de enmiendas parciales presentadas por el grupo popular. Tres de ellas implican un castigo al PNV por su apoyo a Pedro Sánchez en la moción de censura contra Rajoy y suponen una merma de 35,1 millones de euros en las partidas para el País Vasco previstas.

En concreto las enmiendas parciales del PP -que saldrán adelante en el Senado con la mayoría absoluta del grupo popular- proponen dar de baja 26,6 millones asociados al Servicio Vasco de Empleo, otros 5,5 millones para almacenamiento eléctrico Fidetec y otros 3 millones del centro de investigación Biscay Marine Energy Platform. Con estos 35,1 millones el PP propone alimentar otros proyectos relacionados con el transporte en zonas despobladas, la promoción de polígonos industriales o incentivos fiscales para electrificar regadíos.

«Son partidas muy importantes para Euskadi, que van directamente contra la creación de empleo y de la innovación», y contra «la sociedad vasca», criticó el senador Jokin Bildarratz (PNV), que se mostró confiado en que el Congreso de los Diputados pueda devolver estas partidas a su situación previa, en un nuevo rizo de este inédito bucle presupuestario.