Una imagen inspirada en la película Parque Jurásico muestra a un enorme Tyranosaurius Rex con el rostro y la gorra militar de Francisco Franco. A lomos de ese Franciscofrancosaurus cabalga el líder de Vox, Santiago Abascal. En la parte inferior del cartel convertido en meme, tres personas se ocultan aterradas. Tienen los rostros de la portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra; del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y de la vicepresidenta, Carmen Calvo. Lo llaman Jurassic Vox y es un ejemplo de cómo el partido ultra gestiona las redes sociales en busca de seguidores cada vez más jóvenes. La formación de extrema derecha es el partido político español con más seguidores en Instagram. Ya tiene 155.600 followers, frente a 91.300 de Podemos, 64.200 de Cs, 49.000 de ERC, 47.400 del PP y 32.200 del PSOE. El estratega de Vox en comunicación y redes sociales, Manuel Mariscal, lo explica así: «En Facebook se mueve gente mayor de 35 años, alejada del día a día; Twitter es más un asunto entre periodistas y políticos. Instagram es la red social del futuro, ideal para atraer a los jóvenes».

Mensajes sencillos

Los datos sobre los seguidores de Vox en Instagram, a los que ha tenido acceso CÓRDOBA, hablan de que el 64% de los followers del partido ultra son menores de 35 años; es decir, casi 100.000 jóvenes españoles siguen al partido. De ellos, un 4% (unas 6.200 personas) son menores de edad. «En Instagram, el contenido no tiene por qué estar pegado a la actualidad. Deben ser mensajes potentes, sencillos. Es una red social que tiene un formato ideal para nosotros», explica Mariscal, que admite que parte de su trabajo es «meter» su mensaje «en la mente de la gente». Vox cultiva en Instagram un «contenido especial para jóvenes, con imágenes, chistes, memes, vídeos y siempre mucho humor», continúa Mariscal, que dirige un equipo de tres personas completado con voluntarios repartidos por provincias, ninguno de ellos mayor de 26 años. Los memes que hacen muestran a Abascal como un gladiador de la película 300 o como Woody de Toy Story.

Su último vídeo lo difundieron la noche de Reyes. El número dos de Vox, Javier Ortega-Smith, pedía como regalo «para seguir luchando contra la ideología de género» las muñecas Monster High del «club de las feminazis» (con el rostro de Calvo, Susana Díaz, Pablo Echenique, Manuela Carmena, Anna Gabriel y Ana Rosa Quintana). También pedía la «cárcel Playmóbil para [Carles] Puigdemont» y la muñeca «Susanita que llora», en alusión a Díaz.

Mariscal, que fue becario de redes sociales en el PP de Madrid, compara la creatividad de Vox con la de otros partidos. Y cree que esa batalla la está ganando en las redes su formación. «Fuimos a Andalucía y montamos el vídeo de Abascal a caballo con Morante de la Puebla, mientras otros iban a comer al Burger King», señala, en referencia al presidente del PP, Pablo Casado, y el líder popular en Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla. Solo en una cuenta, el vídeo de Abascal galopando tuvo un millón de visitas.

«Los medios de comunicación tradicionales nos vetaron durante años: no teníamos votos, no teníamos diputados, por su línea editorial y nuestras ideas... Eso nos obligó a estudiar las redes sociales, a estar ahí. Las redes son nuestro medio de comunicación», subraya Mariscal, que recuerda que Vox obtuvo 12 diputados en las elecciones andaluzas sin que su líder fuera entrevistado por ninguna de las grandes cadenas de televisión.

Entretenimiento

«Yo mismo no tengo televisión en mi casa. Las cosas están cambiando», añade. «Se trata de conectar con gente en las redes, con grupos. Por ejemplo, gente que se puede sentir identificada con el mensaje de los que protegen nuestros muros, o los que quieren a la patria o la España de nuestros padres...», subraya. Para lanzar y cribar sus bromas-mensaje, algunas de las cuales les llegan de seguidores de toda España, Mariscal y su equipo se fijan como modelo «en la tradición norteamericana, donde la comunicación política se basa en el entretenimiento, en no aburrir».

«Por supuesto que nos fijamos en cómo lo hace el equipo de Donald Trump, pero también en cómo lo hizo [Barack] Obama, que usaba muy bien las redes sociales. Creo que utilizan técnicas de comunicación muy similares en la red, pero con mensajes distintos», dice.