El director de La Razón, Francisco Marhuenda, ha apelado a la propia presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, a la que dijo conocer «desde hace 30 años», para negar la acusación que pesa sobre él de haber «orquestado una campaña de intimidación y acoso» contra ella y su entorno para evitar que denunciara las irregularidades detectadas en el Canal de Isabel II.

Las referencias a noticias inventadas, «leches» e insultos los circunscribió a una conversación «privada» con «un amigo desesperado», el consejero delegado de La Razón, Edmundo Rodríguez Sobrino, detenido este miércoles junto al expresidente madrileño Ignacio González en la operación Lezo por las irregularidades detectadas en el Canal de Isabel II. Marhuenda sólo se arrepentía de haber llamado «zorra» a la jefa de Gabinete y directora de Comunidad de Madrid, Marisa González, calificativo por el que pidió disculpas insistentemente ante las cámaras que le esperaron al término de su declaración.

Era tal la expectación mediática, que en tono de broma, el periodista afirmó sentirse «como la Pantoja».

«No diré nada hasta declarar», había escrito en Twitter el director de La Razón, y salvo negar la mayor, las coacciones a Cifuentes, se contuvo. Fue cuando salió del Juzgado Central de Instrucción número 6 cuando se explayó.

«Nunca, nunca, nunca he publicado nada contra Cifuentes. Ni ninguna noticia inventada», como se podía comprobar -aseguró- en lo que ha trascendido de las propias conversaciones que mantuvo con Rodríguez Sobrino, «el soldado», el «intocable», al que tanto él como el presidente del rotativo, Mauricio Casals, querían defender y pretendieron dejar claro a la Comunidad de Madrid que era uno de los suyos.

En las grabaciones se le oye decir: «Siento lo de Garrido (en referencia al consejero portavoz del Gobierno regional), ya he dicho que no salga nada bueno de él. Ya nos hemos inventado una cosa para darle una leche y que tome nota».

Para negarlo y como prueba de que no hizo nada, Marhuenda dijo haber entregado al juez Eloy Velasco un dosier con todas las informaciones publicadas por el diario que dirige sobre la Comunidad de Madrid. Y por si quedaba alguna duda, agregó que los compañeros le «critican por ser demasiado del PP», ¿cómo podía entonces haber hecho una campaña contra la presidenta madrileña?

LAS FILTRACIONES / Según Marhuenda, lo que ha trascendido de las grabaciones demuestra que lo que mantuvo fue una conversación «con un amigo», de la que no se arrepentía y en la que, aunque supiera que estaba siendo grabado, volvería a decir lo mismo, salvo el insulto.

Se trataba de calmar a Rodríguez Sobrino, «obsesionado» con que desde la Comunidad de Madrid «se filtraban cosas contra él» por haber sido el responsable de la filial sudamericana del Canal, Inassa, puesto del que se vio obligado a dimitir al aparecer relacionado con los llamados papeles de Panamá.

En este sentido, Marhuenda también le entregó al juez Velasco el documento que el propio Rodríguez Sobrino le había entregado para explicarle su gestión al frente de la empresa con sede en Bogotá y lo inocente que es frente a las informaciones que, en su opinión, daba a conocer la jefa de gabinete de Cristina Cifuentes.

Como había dicho vía tuit, el periodista catalán defendió que «las informaciones de La Razón han sido siempre veraces y ajustadas a los hechos» y que su «relación con Cristina Cifuentes es cordial de siempre».

Mauricio Casals, que ha declarado ante el juez antes de que lo hiciera Marhuenda, se remitió a la relación de años mantenida con Rodríguez Sobrino y, en una conversación informal con periodistas, apuntó a que las conversaciones intervenidas y cuyo contenido ha trascendido debían escucharse enteras para comprobar cuál era la relación que mantenían, cómo es «la figura de Edmundo» y cómo el consejero le preguntaba por sus enfermedades.

Sostuvo que sus palabras pueden parecer amenazantes, pero no lo fueron. «Puede parecerlo, pero no lo era. ¿Quién se puede imaginar que desde un periódico se puede amenazar a alguien?», sostuvo el presidente de la empresa editora del diario.