Venezuela se poblaba de enigmas inquietantes en la noche del jueves. La calma era tan precaria como la moneda que se traga la inflación a cada minuto. Nicolás Maduro tuvo dos apariciones con el fin de transmitir fortaleza y tranquilidad especialmente a sus atribulados seguidores. Primero habló frente de 4500 militares que le juraron otra vez que serán siempre leales. Luego, ante los jóvenes frente a los cuales aseguró que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) “no es un puñado de golpistas” sino “una poderosa institución organizada de la defensa nacional”. También amenazó con “cortar cabezas” a los “funcionarios públicos no quieren escuchar al pueblo” y auguró nuevas victorias frente a las futuras conjuras como las del pasado martes. Entre ambas intervenciones, Leopoldo López no solo desafió desde una dependencia diplomática española la orden de captura emitida por la máxima autoridad judicial. También anunció nuevos alzamientos en los cuarteles. “Claro que van a venir más movimientos del sector militar. Nuestro llamado es a todos los militares, todos los civiles para que contribuyamos con nuestra responsabilidad a contribuir con el cese de la usurpación”, dijo en la puerta de la residencia del embajador Jesús Silva.

López pareció comportarse al menos por unas horas como el principal referente opositor, desplazando de los primeros planos a Juan Guaidó, el diputado a quien Estados Unudos y 54 Gobiernos reconocieron como presidente “encargado”. De hecho, López es su jefe político en Voluntad Popular (VP), el partido más duro de la oposición. “Lo que comenzó el 30 de abril es irreversible”, aseguró dos días después del fallido alzamiento que lo tuvo como inesperado protagonista. El líder de VP, quien cumplía en su domicilio parte de una condena a 13 años, burló el arresto y apareció en las inmediaciones de la base aérea La Carlota. Su presencia solo pudo ser explicada como consecuencia de la complicidad de un sector del servicio de inteligencia (Sebin), por estas horas objeto de una inminente depuración.

La disputa política se ha trasladado como nunca antes al plano del lenguaje. Arrecian los rumores, las “fake news” y desmentidas. El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López rechazó delante de Maduro haber estado involucrado en un acuerdo con EE.UU. para desconocer a la autoridad presidencial. “Están buscando la manera de ponernos a enfrentarnos a plomo limpio y no estamos aquí para destruirnos nosotros mismos, estamos aquí para defender la patria, así como nos mostramos ante el pueblo, unidos, cohesionados, conscientes del momento histórico que estamos viviendo”. Horas más tarde, López se permitió refutarlo: “durante más de tres semanas tuve reuniones en mi casa con representantes de distintos componentes de la FANB y organismos policiales que se comprometieron con el cese de la usurpación”.

EL DILEMA DE MADURO

La presencia del líder de VP en la residencia del embajador de España supone un inesperado problema para Maduro en medio del complejo ajedrez internacional que enfrenta. Aunque parte de la UE ha reconocido a Guaidó como “presidente encargado” su posición frente al conflicto venezolano no es simétrica a la de Washington ni la de sus aliados latinoamericanos. Madrid dijo no tener la “intención” de entregar a López a la justicia venezolana. España, consigna la nota oficial, “confía en que las autoridades venezolanas respeten la inviolabilidad de la residencia del embajador español”. ¿Cuáles serán los próximos pasos políticos y diplomáticos del Palacio de Miraflores?

Maduro llamó a detener a los “traidores” y “rechazar” a los golpistas. Pero las medidas concretas, al menos en lo referente a Guaidó y López se chocan con los límites que impone la realidad y la relación de fuerzas. El jefe de VP consideró que se ha abierto una “grieta” en la estructura castrense y se va a “terminar de romper el dique”. También dijo que apoya la “cooperación internacional” para los cambios en “cualquiera de los terrenos”, lo que fue entendido como una predisposición a aceptar una posible intervención militar extranjera en Venezuela.

NUEVAS MOVILIZACIONES

Caracas se prepara para nuevas movilizaciones del madurismo y la oposición. Guidó quiere llegar a una huelga general. El madurismo se propone mostrarle al mundo una unidad monolítica. Alfredo Romero, director del Foro Penal, informó que la protesta del 2 de mayor provocó la muerte de cuatro jóvenes, 240 detenciones y más 300 heridos. Dos uniformados se encuentran a su vez en grave estado después de haber recibido sendos balazos. “¿Quieren decirle al mundo que hay una guerra civil? ¿Cuántos muertos habría? ¿Cuántos años duraría una guerra de resistencia (frente a una eventual intervención externa)?”, quiso saber Maduro.

“El presidente no renuncia/ mientras más lo subestiman muestra mayor astucia/ somos leales siempre, traidores nunca”, pregonaba en la noche del jueves una canción oficial con una alegría difícil de asimilar.