El sí a la independencia ha crecido más de siete puntos desde el pasado junio y llega al 48,7% de catalanes, según la última encuesta del Centro de Estudios de Opinión (CEO). Es la cifra más alta desde que este organismo de la Generalitat empezó a preguntar por esta cuestión, en diciembre del 2014. Los contrarios a la secesión, en cambio, han bajado casi seis puntos y se quedan en el 43,6%.

El trabajo de campo se llevó a cabo a partir de 1.500 entrevistas del 16 al 29 de octubre, es decir, tras el referéndum unilateral del 1-O, la detención de Jordi Sànchez y Jordi Cuixart y durante la DUI y la convocatoria de elecciones autonómicas por parte de Mariano Rajoy, en virtud del 155.

Ese notable incremento del secesionismo contrasta con otra parte del sondeo en la que indica que Junts pel Sí y la CUP mantendrían la mayoría absoluta y obtendrían los mismos escaños que en la actualidad o incluso podrían perder hasta cuatro. Y tampoco ganarían en votos. Una posible explicación de esta contradicción se puede encontrar en que, según el CEO, el 30,4% de los votantes de Catalunya Sí que es Pot quieren que Cataluña sea un estado independiente (en junio era el 25,3%), una opinión que ha subido entre el electorado de la CUP, que pasa del 88,5% al 93,3%.

Junts pel Sí y la CUP sumarían entre 68 y 72 escaños, revalidando la mayoría absoluta, pero en sufragios se quedarían en el 45,9%, dos puntos menos que en las elecciones del 2015. Bajo la premisa ahora incierta de que PDECat y ERC reeditasen JxSí, la coalición obtendría el 39,7% de los votos y 60-63 diputados (ahora tiene 62). La CUP pasaría de 10 a 8-9 escaños con el 6,2% de los sufragios. El bloque secesionista caería casi dos puntos respecto al 2015. Ciutadans retendría la segunda plaza con un leve crecimiento: 25-26 parlamentarios (hoy, 25). El PSC pasaría de 6 a 17-19 y Sí que es Pot (coalición que no se repetirá) subiría de 11 a 12-14. El PPC conservaría sus 11 escaños o podría perder uno.