ERC no tuerce el gesto ante las cámaras. Reacciona siempre con moderación y empatía a cada volantazo que da Junts per Catalunya y Carles Puigdemont. Aunque cuando se apagan los focos el desconcierto por los cambios de guión se refleja en su rostro. Pocos son los que le hallan una lógica a la decisión de la ecléctica fuerza de Puigdemont del pasado sábado en Berlín de anunciar nuevas intentonas para investir a Puigdemont y, después, a Jordi Sànchez, antes de llevar a cabo la unción del candidato «efectivo».

Por todo ello, y para no llevarse más sorpresas, habida cuenta de que los republicanos, el jueves por la mañana, aún creían que el cónclave con Puigdemont del sábado era para poner cara al llamado plan d, ERC pidió a JxCat reunirse para coordinar todos los pasos a desarrollar esta semana. La reunión se llevó a cabo ayer y, según fuentes conocedoras de los entresijos negociadores, sirvió para definir la hoja de ruta a seguir en los próximos hasta concluir en la investidura del plan d, a inicios de la semana próxima, y la formación de un Gobierno, a finales de semana.

Crece la sensación en la sede de ERC de que el entorno del expresidente gestiona los tiempos en busca de motivos. ¿Para qué? Los más bien pensantes con JxCat creen que el ahora residente en Berlín precisa que el Estado se moje de una manera tajante para impedir su investidura para poder dar el relevo sin que nadie le acuse de haberse echado atrás respecto a lo prometido en campaña.

Si ello fuera así, los planes de Puigdemont se estarían cumpliendo como un reloj. Por un lado, el Consejo de Estado avaló ayer por unanimidad que el Gobierno eleve un recurso ante el Tribunal Constitucional por la aprobación de la reforma de la ley de la presidencia por la que se permite una investidura a distancia. Acto este al que ha seguido la convocatoria de urgencia del Consejo de Ministros, que se reunirá hoy para aprobar el recurso. Todos los trámites pueden estar hechos para cuando el Diari Oficial de la Generalitat (que ahora controla el Gobierno en virtud del 155) publique la ley. Presentado el recurso, el TC prevé suspender la norma ipso facto, cerrando lo que Elsa Artadi bautizó como «ventana de oportunidad». El pleno del TC se iniciará el martes y se extenderá hasta el jueves.

Con todo, hay republicanos más escépticos que consideran que la demora de Puigdemont en enebrar el plan d obedece a una voluntad escondida de dar tiempo a los estamentos judiciales a que causen lo que algunos han llamado «un accidente», como sería que se anulase la delegación de voto de Puigdemont y de Toni Comín. Ello dejaría sin margen a los independentistas moderados, por cuanto la CUP ya ha dicho que no apoyarán otro candidato que no sea Puigdemont. El resultado final es que se iría a elecciones.

BAÑO DE REALISMO / Esta estrategia estaría sustentada en la creencia de que el ejercicio de realismo de ERC, visible, por ejemplo, en la ponencia política de la conferencia nacional del próximo 30 de junio, será penalizado por los electores secesionistas repercutiendo en una ganancia de votos para Junts per Catalunya. Es decir, que los afines al expresident ven la opción de romper ese empate actual, más visible en votos (12.000 de diferencia) que en escaños (dos a favor siempre de los posconvergentes). Con todo, si no se celebra la investidura hay cuadros de ERC que defienden presentar candidato propio.