Oriol Junqueras y Marta Rovira, los dos principales dirigentes de Esquerra Republicana, avalaron ayer las tesis de Joan Tardà sobre el futuro del escenario político catalán. Si el diputado en el Congreso citaba expresamente la necesidad de acercarse a los comuns y al PSC, Junqueras y Rovira hablan también de «superar la división en bloques» y de luchar contra la «alianza conservadora». ERC lleva desde el 2015 estrechamente vinculada, en el ámbito catalán, primero a Convergència y después a la formación que la sucedió, el PDECat, aunque ya desde el 2012 le prestaba apoyo parlamentario. La intención de Junqueras, preso desde hace más de cuatro meses en Estremera, parece ser ahora dar un giro a esa situación.

En un artículo publicado en la web del partido, titulado Construyamos la mayoría, ganemos el país, el líder de ERC y su número dos subrayan la importancia de construir «mayorías amplias y transversales» para alcanzar la independencia. Además, reniegan de las «declaraciones altisonantes» y del «regate en corto». Cabe recordar que los republicanos ya dieron a su última campaña electoral un tono mucho más pragmático que el que eligió Junts per Catalunya, que acabó llevándose por dos escaños de diferencia -poco más de 11.000 votos- la batalla por la hegemonía en el campo soberanista.

La dirección de los dardos de ERC también parece clara cuando Junqueras y Rovira critican «los fuegos artificiales que después del espectáculo no dejan en herencia a nuestros hijos ninguna herramienta concreta», y cuando advierten de que el camino más corto para regresar al autonomismo es que el independentismo «vuelva a ser una minoría ruidosa que se aleje de la centralidad». Los republicanos llevan desde las elecciones pidiendo un Govern «efectivo», frente a la estrategia de choque de Carles Puigdemont y su círculo.

Junqueras y Rovira defienden entrar «en una nueva fase» del proceso independentista, aunque su texto ve la luz el día siguiente de trascender la oferta de pacto que JxCat y ERC han trasladado a la CUP en el que se propone la celebración de una «multiconsulta» como culminación de un «proceso constituyente» que debe culminar con el esbozo de una nueva constitución para Cataluña. Sin embargo, ese documento también queda lejos de los maximalismos de la legislatura anterior: los partidos no se marcan plazos para lograr sus objetivos y ni siquiera mencionan la palabra «independencia».

LECCIÓN DE CIVISMO / Los principales dirigentes de Esquerra, siguiendo la senda marcada la semana pasada por Tardà en su artículo de prensa, consideran que el referéndum del pasado 1 de octubre supuso una «lección de civismo y dignidad en la defensa de la democracia», pero constató que la «formidable alianza conservadora» tiene «suficiente fuerza para impedir» que el 1-O tuviera recorrido. «Hemos medido nuestras fuerzas, hemos constatado nuestra fortaleza, pero también nuestras debilidades», añaden antes de destacar que para lograr el triunfo del independentismo es necesaria «más consistencia y una mayoría más sólida, amplia y transversal».

En esta estrategia de sumar, Junqueras y Rovira subrayan que ante cualquier nuevo paso es necesario «contar hasta tres» y evitar todo lo que no genere «consensos y complicidades». Y avisan: «Tenemos que ir más allá del regate en corto, de los volantazos. Poner las luces largas para sumar».