O se sabe esta semana o ya difícilmente se conocerá, al menos a través del juicio del procés, quién fue el responsable de las cargas que hubo en colegios el 1-O. Si respondieron a una instrucción política, como dijo la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, o fueron fruto de la improvisación de cada dispositivo según la resistencia de los escudos o murallas humanas que encontraban en cada centro que intentaban cerrar para cumplir el mandato judicial dado.

Este lunes está previsto que declare ante el tribunal que preside Manuel Marchena quien entonces era secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto, quien según el exministro Juan Ignacio Zoido le fue informando puntualmente de los incumplimientos de los Mossos. Un día después lo hará el coronel Diego Pérez de los Cobos, coordinador de los operativos en los que el exresponsable de Interior descargó la responsablidad de decidir dónde y cuándo actuar.

Después de escuchar al expresidente del Gobierno Mariano Rajoy decir que ignoraba todo lo relativo a los dispositivos policiales, porque ni siquiera los diseñó durante los dos años en que fue ministro del Interior, era previsible que Zoido no aportara dato alguno sobre la responsabilidad de la actuación de los agentes el día de la votación.

CONTRAPONER TESTIMONIOS

Pero, como en todo juicio, para llegar a alguna conclusión su testimonio tendrá que ponerse en contraposición con el de los otros testigos. Entre el lunes y el martes desfilarán por el alto tribunal el exdelegado del Gobierno en Cataluña Enric Millo y los responsables de Policía, Guardia Civil y Mossos durante el referéndum ilegal. Sebastián Trapote, Ángel Gozalo y Manuel Castelví y Emilio Quevedo serán interrogados por fiscalía, acusaciones y defensas en relación a ese día, cada uno con el objetivo de reforzar los intereses que representa.

Unos, por ejemplo, querrán saber cuánta resistencia se encontraron los agentes en los colegios que iban a cerrar, mientras que otros esperarán explicaciones sobre cómo pretendían hacerlo con los 6.000 policías y guardias civiles desplazados a Cataluña. Unos se centrarán en por qué no actuaron los Mossos y por qué su número no alcanzó el de citas electorales legales, y otros, en por qué se golpeó a personas que solo pretendían votar.

CONCENTRACIONES

A todos los testigos que han comparecido en el jucios se les ha preguntado por la protesta de la Conselleria dEconòmia y hasta ahora la mayoría ha negado que hubiera violencia en la movilización espontánea que se produjo contra los registros y arrestos de la operación Anubis.

Pero esa versión puede cambiar con la declaración de la letrada de la administración de justicia del juzgado que los ordenó. La salida de Montserrat del Toro de la Conselleria a través de la azotea a un teatro anexo para mezclarse con el público y así pasar inadvertida se presenta como máximo exponente del acoso sufrido por la comisión judicial enviada por el Juzgado 13 de Barcelona.

Por eso es la protagonista indiscutible del 20-S, uno de los dos días claves para determinar si los acusados cometieron algún delito y, en caso afirmativo, si fue rebelión o sedición, como sostienen respectivamente la fiscalía y la Abogacía del Estado.

Los demás testigos citados de momento son responsables de los hoteles donde se hospedaron policías, de empresas de publicidad contratadas por la Generalitat y de Unipost. También exmiembros de la Mesa del Parlament y expertos informáticos, en disposición de facilitar un moderno sistema para facilitar el voto.