Por si el juicio a los impulsores del referéndum del 1-O no tuviera suficientes particularidades, la inminente convocatoria de elecciones generales va a terminar de convertirlo en un hito insólito. A no ser que las sesiones se suspendan temporalmente -algo que las defensas ven poco probable-, va a ser inevitable que se solapen con la campaña electoral. Rota la mayoría que propició la caída de Mariano Rajoy, y con algunos de los principales líderes de ERC y del PDECat sentados en el banquillo de los acusados, parece imposible que el proceso que se sigue en el Tribunal Supremo quede al margen de las escaramuzas políticas que van a empezar a librarse fuera.

La fiscalía afirmó este miércoles, en la segunda jornada de la vista oral, que el juicio contra los impulsores del 1-O no es político. Sin embargo, y al margen de otras consideraciones, la política se cuela por todas las rendijas de la sala segunda del Supremo. Si Pedro Sánchez confirma el viernes que las elecciones se celebran en abril, pronto se conocerá qué efectos produce la convocatoria en cada una de las facciones del independentismo, porque la precaria unidad que han intentado construir en torno al juicio puede verse comprometida.

Fuentes del Gobierno catalán sostienen que, de hecho, el presidente del Gobierno precipita la llamada a las urnas para ganar tiempo. Es una carambola arriesgada, pero parte del independentismo cree que Sánchez está buscando un resultado electoral que le permita seguir en la Moncloa y amplíe su margen de maniobra, a la vez que le quita de encima la presión de negociar con los partidos soberanistas mientras dura el juicio.

Sánchez es un jugador, sostienen esas fuentes, que no dudan de que, en caso de victoria socialista, los gobiernos de Madrid y Barcelona volverán a hablar. Pero los independentistas también pueden haber comprometido el futuro de sus líderes procesados al tumbar los Presupuestos y, quizás, abrir las puertas al retorno de la derecha al Gobierno de España.

MINUTOS DE ORO PARA VOX

De hecho, Vox se frota las manos con el adelanto electoral, porque ejerce la acusación popular en el juicio y su secretario general, el abogado Javier Ortega Smith, podrá disponer durante días de minutos de oro de televisión en directo. Aunque este miércoles el partido sorprendió a quienes esperaban una primera intervención contundente y se ciñó casi por completo a cuestiones técnicas, es seguro que en adelante tratarán de aprovechar la oportunidad.

Cuando se constató que ERC y PDECat mantenían en el Congreso sus enmiendas a las cuentas del Gobierno, en el Supremo concluía la segunda y última sesión dedicada a las cuestiones previas. Era el turno de las acusaciones, y la fiscalía lo empleó para responder a fondo a los ataques que la arquitectura institucional española había recibido en la víspera de los abogados de los acusados.

Javier Zaragoza y Fidel Cadena, los fiscales que intervinieron, usaron sobre todo tres argumentos. Primero: que no solo no se han lesionado los derechos de los procesados, sino que el juicio tiene lugar para defender la democracia española. Segundo: que hubo violencia -hablaron de muros humanos alentados por los acusados para impedir la acción policial el 1-O-, un elemento imprescindible para sostener que existió delito de rebelión. Y tercero: que la soberanía reside en el conjunto del pueblo español, y que no se puede trocear.

CANDIDATOS PROCESADOS

A partir de ahí, las intervenciones más bien inanes de la abogada del Estado y de la acusación popular solo sirvieron para preludiar el primer plato fuerte de la vista, que se sirve este miércoles. Está previsto que tanto Oriol Junqueras como Joaquim Forn declaren, y eso provocará que la política vuelva de lleno al Supremo.

Tanto el líder del ERC como el exconseller de Interior van a ser candidatos próximamente. Aunque ninguno de ellos tiene previsto concurrir a las elecciones generales, Junqueras será el cabeza de lista de su partido en las europeas, y Forn es el aspirante a alcalde de Barcelona del PDECat y la Crida.

Mientras fuentes cercanas a la defensa de Forn sostienen que la convocatoria electoral no influirá en nada en la declaración del exconseller, hay gran expectación por escuchar hablar a Junqueras. Una delegación formada por las principales figuras del partido republicano -Roger Torrent, el vicepresidente Pere Aragonès, y los consellers Alfred Bosch, Teresa Jordà, Chakir El Homrani y Ester Capella, entre otros- estará en Madrid dando apoyo a su líder. ERC ha tocado a rebato.