El Tribunal Supremo dará hoy el pistoletazo de salida al juicio que más expectación despierta en el ámbito político desde la democracia, por la relevancia que no cuesta mucho imaginar tendrá la sentencia con la que concluya en las relaciones entre Cataluña y el resto de España. La vista contra los 12 líderes del procés que se sientan en el banquillo por los delitos de rebelión, sedición, malversación y desobediencia comenzará con el último cartucho de las defensas para intentar evitar la vista oral o, en su defecto, tratar de aplazar un inicio que sostienen ha sido precipitado.

Hoy será también el día de aclarar algunos de los puntos que más curiosidad producen, como dónde se sentarán los acusados, si en el banquillo previsto para este fin en el centro de la sala de vistas o en los bancos dispuestos detrás de sus letrados, opción que les ha dado la presidencia de la Sala. También se verá dónde se quita las esposas a los 9 presos, si en la sala en la que esperarán a ser conducidos a la del juicio, en el pasillo o ante el público.

¿Habrá finalmente observadores internacionales compartiendo banco con los familiares de los acusados, periodistas y diputados que vayan como público, aunque el Supremo argumentó que las sesiones serán retransmitidas para evitar su presencia, al menos, en esa condición? El que sí estará entre ellos el primer día será el presidente de la Generalitat, Quim Torra, al que recibirá en la puerta del tribunal Ana Murillo, jefa de gabinete del presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, al que tendrá oportunidad de saludar si lo desea.

VULNERACIÓN DE DERECHOS / Cuando la maquinaria judicial se ponga en marcha será la hora de las cuestiones previas, un trámite similar al que se vivió en la vista del artículo de previo pronunciamiento de diciembre. Durará algo más que aquella, y aquí las defensas tratarán de exponer todas las vulneraciones de derechos que sostienen haber sufrido. Entre ellas, insistir en que no puede empezar el juicio sin tener a su disposición la prueba documental aceptada a las otras defensas, porque puede ser crucial para los interrogatorios, y en pedir otra vez la rechazada.

Una página entera del auto en el que se acordó el medio millar de testigos que comparecerá en el juicio se dedica en exclusiva a citar las vulneraciones de derechos que considera cometidas el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart. Sostiene, entre otras, que se trata de un juicio a la libertad de expresión, al derecho de reunión pacífica, al de autodeterminación o a la integridad física y moral, porque, en su opinión, encubre la tortura. Y niega que la Sala que le juzgará sea imparcial e independiente ni que se trata de un proceso sea justo, celebrado con todas las garantías.

Una vez concluya la exposición de todas las defensas, el tribunal presidido por Manuel Marchena puede posponer su decisión hasta la sentencia y empezar con el interrogatorio de los acusados. Según el escrito del fiscal, el primero en hacerlo será Oriol Junqueras.