Podemos no hace autocrítica de su desplome electoral, pero IU sí. Alberto Garzón planteará mañana ante su consejo político el «preocupante desgaste» de la marca morada y propondrá renegociar la alianza con el partido de Pablo Iglesias para que la federación de izquierdas obtenga «más visibilidad». Considera que sus siglas no han sufrido una pérdida de simpatía tan masiva como Podemos y que esa distinción debe traducirse en un pacto de socios más equitativo antes de Semana Santa. «El nuevo contexto obliga a cambiar», defiende en un informe que adelantó la agencia Efe.

Podemos discrepa y digiere como puede el revés de Garzón. La dirección del partido de Iglesias niega la mayor y resta valor a los datos que arrojan los estudios. «Ya hace tiempo que aprendimos a confiar solo en una encuesta, la de las urnas», señaló la portavoz parlamentaria, Irene Montero, sin hacer referencia alguna a los malos resultados del 21-D.

La adjunta a Montero, Ione Belarra, no negó el descenso pero lo minimizó al hablar de «altibajos» en un «momento complejo tras las elecciones catalanas» y, en cualquier caso, defendió que «no existe desgaste preocupante».

En todo caso, sostiene Podemos, IU no les ha trasladado de forma oficial su malestar y el grupo parlamentario «está funcionando muy bien».

Garzón, en cambio, sostiene que se han cometido errores y pide renegociar los pesos en la alianza. «El espacio político de Unidos Podemos y las confluencias se está estrechando», en especial la marca morada, y, según todos los sondeos, ha visto reducida la fidelidad de sus votantes hasta situarse como «los peores de todas las grandes fuerzas», sostiene el informe que defenderá el líder de IU ante los suyos este fin de semana.

Garzón reclama «reaccionar para revertir» cuanto antes la inercia de desplome en todas las encuestas.