El Gobierno de Mariano Rajoy ha decidido reducir a la mitad el contingente de policías nacionales y guardias civiles desplegado en Catalunya con motivo del desafío independentista, según informa este viernes 'El País'.

De este modo, de los 6.000 agentes desplazados desde mediados de septiembre por la denominada operación Copérnico, permanecerán en Catalunya unos 3.000 efectivos de refuerzo al menos hasta finales de año, una vez hayan pasado las elecciones del 21 de diciembre. La unidad que más agentes devuelve a su destino es la de Intervención Policial, los conocidos como antidisturbios.

El Ministerio del Interior ha tomado esta medida después de que el artículo 155 se haya aplicado sin altercados en las calles. Además, desde que el departamento de Juan Ignacio Zoido ha asumido el control de los Mossos, los agentes de la Policía Nacional y Guardia Civil han pasado a realizar labores de protección de los edificios del Estado en Catalunya y de infraestructuras críticas.

De este modo, el Ejecutivo central se ahorrará las dietas especiales y el alojamiento de estos efectivos.

Una presencia polémica

La presencia de los agentes desplazados a Catalunya ha provocado una gran polémica desde el principio, cuando empezaron a circular vídeos en las redes en los que se les despedía de sus lugares de origen al grito de "a por ellos".

Las cargas policiales del 1-O no contribuyeron a rebajar la tensión, que en los siguientes días al referéndum se tradujo en protestas frente a los hoteles en los que se alojaban algunos de los desplazados.