En el primer acto de campaña que ha protagonizado Pablo Iglesias que puede calificarse de mitin, el líder morado ha llamado a los votantes de izquierda a coger la papeleta de Podemos el domingo 28 de abril para dar "una lección de patriotismo" a todos los demás, demostrando que respetar a la patria sobrepasa el debate territorial y debe tener como primer mandamiento, en su opinión, el comprometerse a no "privatizar y vender" España "a trozos" a cambio de futuros puestos en los consejos de administración de las grandes empresas.

Consciente de que estaba en Canarias, donde el debate sobre los modelos energéticos ha formado parte del día a día y ha alimentado grandes polémicas en las islas en los últimos años, se ha comprometido a intentar crear desde el Gobierno una gran empresa pública de energía, que garantice la calidad del suministro, que el origen sea de las renovables en lo posible y que no permita a las eléctricas tener el control. En este contexto, ha destacado la relevancia de gobernar con conciencia ecológica, "de defender el planeta, que solo hay uno, como están diciendo los más jóvenes".

En este contexto, Iglesias ha retado a otros candidatos a adoptar un compromiso semejante "aquí, en Canarias", refiriéndose sin mencionarlo al socialista Pedro Sánchez, que también se encuentra de campaña electoral en las islas. Iglesias ha dedicado parte de su mitin a leer una ingente lista de políticos de distintos partidos que han estado o están ocupando sillones en compañías energéticas, tachando de "traidores" a los que han dado ese paso y garantizado que no se verá nunca a alguien de Podemos en dichos consejos.

Por último, ha pedido a todos los asistentes al acto y a los simpatizantes de su organización que lleven la Constitución en el bolsillo para discutirla con los vecinos, especialmente sobre aquellos artículos concebidos para "proteger a la gente". Les hizo una recomendación para empezar ese 'debate electoral' en clave constitucional: el artículo 128 de la Carta Magna, que subraya que la riqueza del país está subordinada al interés general y que incluye, entre otras cosas, la posiblidad de intevenir empresas que contraríen ese principio.