La vuelta del secretario general de Podemos ha generado bastante agitación. Tras recorrer las principales cadenas de televisión cargando contra «poderosos» y medios de comunicación, Pablo Iglesias recaló ayer a la Audiencia Nacional para comparecer durante una hora como damnificado en el caso Villarejo. El líder morado había sido convocado para personarse y ejercer la acusación en la causa que investiga las actividades ilícitas del comisario jubilado y en prisión provisional José Manuel Villarejo.

El motivo que le ha llevado a declarar ante el Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional es una información que encontraron los investigadores entre el material incautado a Villarejo. Algunos datos, de carácter personal y político, habían sido sustraídos de un teléfono móvil robado a Dina Bousselham, asesora de Iglesias, en el 2016 y se publicaron en los medios de comunicación en julio de aquel año. Sobre este hecho se estaría indagando en una nueva pieza secreta del caso Tándem, del que ha trascendido la existencia de nueve líneas de investigación.

La cita en el juzgado le sirvió a Iglesias de argumento para lo que lleva denunciando desde el nacimiento de su formación, que Podemos está en el punto de mira de los «poderosos». Sin dar demasiados datos sobre el caso, que se mantiene bajo secreto de sumario, el líder morado sí aseguró que «una de las mayores vergüenzas de nuestra democracia es la existencia de una trama criminal que vincula a policías corruptos, a medios de comunicación y a grandes empresarios».

Sobre negociaciones poselectorales con los socialistas, prefieren no hablar en Podemos. «Estamos en precampaña, no le voy a hacer ahora ofertas a nadie», razonó la coportavoz del Consejo de Coordinación de Podemos, Noelia Vera. Además, su negativa a tender la mano a Sánchez antes del 28-A vino acompañada de reproches: «El PSOE, ante determinadas presiones, ha decidido echarse para atrás».

El guiño de Cs al PP / Tras este intento de tirar por tierra la candidatura del PSOE, la dirigente morada también dirigió sus críticas hacia el cruce de ofertas entre populares y liberales. Vera argumentó que el guiño de Rivera a Pablo Casado para formar un tándem tras los comicios no «le sorprende nada», acostumbrada a ver a Cs votando en el mismo sentido que el PP. «Son las cosas de Rivera. Lo mismo tiende la mano al PSOE que a Rajoy o ahora a Casado», sentenció para terminar de ridiculizar la oferta.