El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, se ha ofrecido al presidente Pedro Sánchez para ser su principal «socio de Gobierno» si éste «mira a la izquierda» y pone en marcha una agenda social. La oferta del líder morado, que como anunció este diario sopesaba pedir al socialista un pacto programático, es clara: «Colaboración parlamentaria estrecha» para que la ilusión no sea «en vano».

A cambio, Iglesias reclama una batería de 20 medidas progresistas, entre las que incluye una reforma de la ley electoral para hacerla más proporcional. «Bastará con que el PSOE cumpla su programa», explicó ayer ante el Consejo Ciudadano Estatal, máximo órgano del partido entre asambleas ciudadanas.

El resto de sus solicitudes son blindar la subida de las pensiones vinculada al IPC, subir las no contributivas, aprobar permisos de paternidad y maternidad iguales, equiparación salarial entre hombres y mujeres, recuperar el rescate bancario, derogar las reformas laborales (también la de Zapatero) y la ley mordaza, aprobar un salario mínimo de 1.000 euros, reformar la ley de arrendamientos urbanos contra los alquileres inflados, eliminar los desahucios cuando no haya alternativa habitacional, aprobar la ley de vivienda que pide la PAH, hacer de la Sareb una banca pública, eliminar copagos, revertir recortes sociales, garantizar la prestación de la ley de dependencia, una norma contra la pobreza energética, derogar el impuesto al sol y cerrar los CIE.

Iglesias, tras presumir de haber sembrado la semilla de la moción de Pedro Sánchez con la suya fallida, propuso al PSOE ponerse a trabajar juntos: «Dar por muerta la legislatura sería un error histórico que no nos podemos permitir», sentenció.

La situación andaluza

También en este foro, la secretaria general de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez, aseguró tras su reunión con el secretario de Organización, Pablo Echenique, que «todo va mucho mejor» pero que todavía quedan asuntos que debatir. «A veces la Sierra Morena parece como el Himalaya, pero una vez que uno la cruza y viene aquí a hablar con los compañeros, todo va mucho mejor», aseguró la líder andaluza.

Rodríguez provocó «preocupación» en la dirección morada al cerrar un acuerdo con Izquierda Unida (IU) que «contravenía» el reglamento de confluencias (ignoraba puntos obligatorios como la necesidad de que la marca Podemos figure) y porque puso en marcha lo que Madrid interpretó como la creación de un nuevo censo de partido como un desafío a la dirección nacional.