Pablo Iglesias cambia de tercio. Quiere dejar atrás Cataluña y volver a ganar peso en un pulso contra Mariano Rajoy en el Congreso. Consciente de que en las elecciones del 21-D cosechó una amarga derrota. Consciente de que su posición prorreferéndum escuece a sus bases en el resto de España. Consciente de que su acercamiento al independentismo levantó ampollas entre los barones morados, el líder de Podemos trata ahora de salir del charco catalán.

En esa determinación para salir de la agenda catalana, volver a los temas sociales de ADN podemista y recuperar punch en el Congreso, Pablo Iglesias confirmó ayer lo que había adelantado el sábado a su cúpula: quiere debatir cara a cara con el presidente Mariano Rajoy.

Podemos registró ayer una proposición no de ley (PNL) en la que insta al Gobierno a convocar el debate del estado de la nación, cuya última sesión se celebró en el 2015. Desde que el 20-D Podemos y Ciudadanos accedieron a la Cámara baja no se ha vuelto a repetir. «Ellos van a querer hablar de guerra de banderas, nosotros como patriotas vamos a querer hablar de temas que preocupan», reivindicó Iglesias.

LA GUERRA DE BANDERAS / El líder podemista se negó a valorar la situación política que atraviesa Cataluña, se escudó en lo poco resolutivas que son las «guerras de banderas» y trató de poner el foco en los temas sociales como el de las ayudas a la dependencia. Censuró Iglesias que mientras los parlamentarios catalanes siguen enredados en el debate reglamentario sobre la investidura, se desatienda a la población que necesita un Estado del bienestar sólido y ágil.

«No quiero contribuir a que se siga sacando de la agenda determinados temas. Seguir hablando de los problemas del Parlament creo es un insulto y una humillación para la ciudadanía», señaló. Prefirió no responder sobre qué opina de la posible vuelta de Carles Puigdemont ni de ninguna otra eventualidad en la arena catalana. «Hay un hartazgo tanto en la ciudadanía catalana como en la española sobre esos temas», argumentó. Por más que le preguntaron se negó a hablar sobre Cataluña.

En ese contexto, Podemos se marca nuevos retos. Salir de Cataluña. Marcar la agenda social. Recuperar el pulso en el Congreso. Y volver al ecosistema que mejor le sienta a Podemos, la campaña electoral permanente, poniendo a funcionar ya el motor de las autonómicas y municipales del 2019.

Iglesias quiere que su exnúmero dos, Íñigo Errejón, visibilice ya su candidatura a la Comunidad de Madrid y que intente sacar a flote el alma de Podemos. Le urge. Las listas se están ultimando y en breve el estratega vuelve.