Paz aparente en Podemos. Después de un día de vértigo y silencio, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón sellaron este jueves un acuerdo in extremis para zanjar la crisis desatada al desvelarse el plan de la cofundadora Carolina Bescansa para derrocar al líder. Ante el riesgo de erosión de una nueva guerra interna en Podemos que les haría perder pulso para las elecciones municipales y autonómicas del 2019, los máximos dirigentes morados apartaron suspicacias y lograron un pacto para la candidatura a la Comunidad de Madrid. Bajo el lema ‘Cuidar Podemos’, Iglesias, Errejón y el líder en Madrid, Ramón Espinar, se esforzaron por trasladar que la formación avanza unida.

La tensión no podía eternizarse. Este viernes finaliza el plazo para presentar las candidaturas preliminares a las primarias de la Comunidad de Madrid. «Hoy traemos una propuesta de unidad desde la pluralidad», dijo con gesto grave Iglesias, que tras una breve introducción abandonó la sala sin aceptar preguntas. «He escuchado a Íñigo y confío en él para ser el próximo presidente de Madrid», continuó, dando el visto a su candidatura y a sus explicaciones sobre su nula coincidencia con el proyecto de Bescansa.

Ninguno de ellos ofreció detalles sobre el contenido del acuerdo, más allá de subrayar que la lista a los comicios en la Comunidad de Madrid, que según los morados definirán sus resultados en las generales del 2020, será de «unidad».

Según fuentes de Podemos, el aspirante podrá nombrar al 60% de los puestos de la candidatura. El pacto actualiza lo acordado el pasado fin de semana. El exnúmero dos consiguió entonces tener el control de la lista que encabezará y de la campaña, tras una dura negociación y la amenaza de no ser candidato si Iglesias no claudicaba. El líder, molesto, le espetó aquel “ni media tontería», pero consiguieron cerrar un pacto.

La tranquilidad duró poco. El miércoles, Bescansa, hizo público, al parecer por error, un plan para aliarse con Errejón y desbancar a Iglesias, quién purgó a ambos dirigentes tras conquistar todo el poder en febrero del 2017. Bescansa también pedía ser vicepresidenta en la Comunidad de Madrid bajo el Gobierno de Errejón y pretendía ser candidata a las generales del 2020 y a la secretaría general de Podemos.

«Esos planteamientos son incompatibles con la construcción de una candidatura de unidad», argumentó un día después Errejón, admitiendo que la última crisis ha «precipitado» este acuerdo, al que Iglesias se ha visto abocado a pesar de su malestar. El secretario general de Podemos tenía escaso margan de maniobra, al carecer de a un candidato para sustituir a Errejón.