Las diferencias entre el líder de Podemos, Pablo Iglesias, y la candidata de Más Madrid al Ayuntamiento de la capital, Manuela Carmena, nunca han sido un secreto. Han tenido sus roces, sus más y sus menos. La exjueza aseguró en multitud de ocasiones no formar parte del partido morado y el exprofesor universitario no entró al trapo mientras se apropiaba de la victoria del Consistorio. Sin embargo, la ruptura entre ambos fue definitiva hace unos meses cuando Carmena anunció la creación del partido Más Madrid -al que se unió al cofundador de Podemos, Íñigo Errejón- y rechazó a los más cercanos a Iglesias. Ahora, no coinciden, ni siquiera, en el análisis de las causas de la burbuja del alquiler.

Iglesias, Constitución en mano, sentenció durante toda la campaña electoral para los comicios generales que fondos buitres, como Blackstone, eran los que, acaparando el mercado del alquiler, habían producido una subida generalizada del precio de los alquileres. Este viernes, Carmena, al comienzo de su esprint final para revalidar el Ayuntamiento, ha dicho todo lo contrario: "El ochenta y tanto por ciento de los arrendamientos son de familias no son fondos buitres".

ANÁLISIS Y PROPUESTAS DIFERENTES

Quienes antes se subían juntos a los escenarios para pelear, codo con codo, por la capital -la joya de la corona de las elecciones locales y autonómicas- no son capaces ahora de compartir análisis ni medidas para paliar los problemas. Mientras que Podemos lleva en su programa "prohibir los desalojos sin alternativa habitacional", la alcaldesa ha reconocido que, aunque hay viviendas de emergencia, el alto número de peticiones no hace posible ofrecer una vivienda a todos los desahuciados.

Otro punto en el que chocan ambas formaciones es en el mecanismo para conseguir dotar a las instituciones de un parque público de viviendas. Los de Iglesias proponen obligar a los grandes tenedores de viviendas a ceder aquellos inmuebles que tienen vacíos. Por otro lado, el camino elegido por Más Madrid es fomentar la colaboración publico-privada para la construcción de inmuebles. En concreto, sacarán 30 parcelas a concurso para ceder el derecho de superficie y que se construya "viviendas con precios de alquiler sostenibles". Un ejemplo sería el polémico proyecto de Madrid Nuevo Norte.

El punto donde sí coinciden es en la necesidad de frenar la proliferación de pisos turísticos, uno de las principales vías de acción de Carmena durante la última legislatura. A este respecto, el Ayuntamiento ha puesto en marcha un Plan de Hospedaje que delimita aquellas zonas en las que se permite las vivendas de uso turístico. Algo similar a lo defendido por los morados.