El 'expresident' Carles Puigdemont aseguró este miércoles que "le gustaría dejar la política y volver a la normalidad cuanto antes", pero advirtió que espera "una nueva euroorden, la tercera" en su contra en "las próximas semanas o mes".

"A pesar de que no haya una orden de detención en mi contra ahora mismo, la justicia española rechaza aceptarme como un testigo de lo ocurrido en Catalunya. ¿Acaso mi opinión no es importante para conocer la verdad? Estoy dispuesto a contestar a todas las preguntas de la acusación y la defensa", aseguró.

"Yo era el principal responsable político de ese referéndum. El resto de la gente estaba bajo mis órdenes. ¿Es o no importante mi opinión en este juicio para saber lo que pasó?", especificó.

ARREPENTIDO

Además, mostró su arrepentimiento por haber "suspendido los efectos de la declaración de independencia" unilateral posterior al referéndum ilegal del 2017 y consideró que ese paso, que entonces justificó como una contribución al diálogo con Madrid, "fue un gran error".

En un coloquio en la Universidad de Groninga, en el norte de Holanda, Puigdemont subrayó que "no es asunto" de los catalanes "resolver los problemas de España", en referencia a la imposibilidad del Gobierno de Pedro Sánchez de aprobar los Presupuestos Generales del Estado.

Puigdemont añadió que "la actual España no es la misma que la del (dictador) Franco pero aún hay sombras del franquismo en la Justicia española", lo que hace "difícil" que los detenidos por el "procés" independentista en Catalunya obtengan "un juicio justo".

"Obviamente, hay que dejar una cosa clara: la actual España no es la misma que la España de los tiempos de Franco. Hay que decirlo claro, obviamente, porque en ese sentido, no es lo mismo", dijo, después de afirmar que en las cárceles españoles "hay presos políticos" y que él es "un exiliado".

DISCURSO DE LA FISCALÍA

Puigdemont consideró que el discurso de la Fiscalía española "refleja claramente que este es un juicio político" y subrayó que el problema de los catalanes "no es con la población española sino con sus políticos".

Comparó la situación en prisión de los separatistas catalanes con las dos semanas que él pasó en una cárcel alemana el año pasado y aseguró que "a pesar de que era un edificio antiguo, de principios del siglo XX, el trato era correcto, me sentí respetado, de la misma manera que el resto de presos", mientras que en España, sus colegas "han sido maltratados en el coche durante el traslado a prisión", según dijo.

En este contexto aseguró que lo que ocurre en Catalunya es "una de las grandes crisis de Europa" y explicó que su huida de España llegó tras "un acuerdo" con sus compañeros del anterior Govern de que "hay que tener una voz libre en el marco de la ley europea" que traslade el discurso independentista.

URNAS

"Tenemos el compromiso de no usar otro tipo de arma que no sean las urnas. Esperaremos todo el tiempo que tengamos que esperar. Eso es crucial para las futuras generaciones. No tenemos derecho a dejar una herencia hecha con sangre", afirmó.

El derecho a la autodeterminación "previene conflictos", afirmó, y lamentó que haya "sido respetado, en la mayoría de los casos en la Historia, cuando aparece la violencia".

"Quiero decirle a la comunidad internacional que, por favor, escuche y respete a la gente que ha decidido no matarse. ¿O es que el uso de la violencia es la única manera de ser respetados en nuestro derecho a la autodeterminación? Creo que ese es un mensaje muy erróneo", advirtió.