El nuevo ministro de Sanidad, Salvador Illa, es el hombre fuerte del PSC y, según desveló Pedro Sánchez, alguien en quien confiar una parte de la negociación que se dispone a entablar el Ejecutivo central con el Govern. En una entrevista que publica el Periódico de Catalunya, Illa afirma que «hay una apuesta firme del Gobierno por el diálogo y por recuperar la vía política en Cataluña». El socialista catalán insiste en que «este Ejecutivo ha heredado una situación del Gobierno del PP y se trata de encauzarla a la vía del diálogo. El compromiso es fuerte. Espero que todos tengan compromiso en reforzar esta vía de diálogo y lealtad con el Gobierno de España». Y pide lealtad a la oposición.

Respecto a la situación de Torra tras confirmar el Supremo que debe dejar de ser diputado y la JEC le insta a abandonar el Parlament, Illa recuerda que «no se ha pronunciado sobre su condición de presidente», decisión que «corresponde al Parlament y veremos qué decide». «Y ahí hay que ser muy garantistas con los derechos de cada quien. Creo que es del interés de todos y especialmente de sistema judicial que es muy garantista… Habrá obstáculos para el diálogo. Muchos. Pero repito que la voluntad del Gobierno es firme», contesta.

El nuevo ministro afirma que la voluntad del Gobierno «es reconocer que hay un problema político en Cataluña» y que hay que solucionarlo con mecanismos políticos. En este contexto, vuelve a insistir en los «muchos obstáculos» que «hay que ir sorteándolos».

Respecto a los independentistas, Salvador Illa se reafirma en que «todo el mundo está reclamando, también desde el ámbito independentista, que se aborde un diálogo». Y aboga por ir a afrontar este diálogo «sin más prejuicios».

No habla de plazos en este diálogo, pero sí admite que es partidario de «un enfoque gradualista. No vamos a solucionar de golpe un problema que lleva años alimentándose». En cuanto al cómo abordar los problemas, reconoce que hay que ir «empezando por aquellos que son más sencillos e ir construyendo un consenso».

Defiende la reforma del Código Penal para actualizar delitos como la sedición para que se ajusten a las nuevas realidades. Y confía en que «lo lógico para un gobierno recién investido es que tenga presupuestos».