Podría decirse que lo que con bronca empieza... mal acaba. La actual presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, se quejó en las elecciones autonómicas de que ella no había confeccionado la lista del PP a su gusto. En aquel momento la presidenta regional de los conservadores era Esperanza Aguirre, con quien no mantiene la mejor de las relaciones y quien impuso buena parte de los nombres, según algunas fuentes, al menos la mitad. Y de los 48 diputados electos, ya solo quedan 28. En dos años20 parlamentarios han abandonado el grupo popular en la Asamblea madrileña por diversos motivos. La mayoría (12) por incompatibilidad de cargos, pero otros muchos se han ido asediados por la corrupción.

La última, Josefa Aguado, quien este viernes entregará su acta después de conocer que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha acordado investigarla por un asunto vinculado al 'caso Gürtel', su intervención en torno a las X Olimpiadas Escolares celebradas en Arganda del Rey en el 2007.

Aguado renuncia en cumplimiento del código ético que, impulsado por Cifuentes, suscribieron todos los parlamentarios del PP al inicio de la legislatura, que implica la renuncia "inmediata" ante una investigación judicial formal por presunta corrupción. Para forjarse la imagen de adalid contra esta lacra que la gusta exhibir, la entonces candidata popular impuso unas normas mucho más estrictas de las que aplican los conservadores a nivel nacional.

LOS INFORMES DE LA OCU

Una situación que no ha impedido que dos recientes informes de la Guardia Civil la situen en el ojo del huracán por apuntar que presuntamente ella también participó en la financiación irregulardel PP madrileño investigada en el ‘caso Púnica’. Cifuentes ha negado las acusaciones, que el juez no ha transformado en imputación, y ha recibido el apoyo del PP, que desviandose de sus principios, ha deslizado críticas incluso contra el Instituto Armado por plasmar “especulaciones” en sus informes.

Aún así, la presidenta de la Comunidad, al igual que Mariano Rajoy, se enfrentará en el futuro a una moción de censura de Podemos, destinada al fracaso ya que, por el momento, no cuenta con el visto bueno ni del PSOE ni de Ciudadanos.

No obstante, su situación podría complicarse si aparecen nuevos datos que le incriminen. De entrada, queda pendiente también si Isabel González, hermana del expresidente Ignacio González, encarcelado por el ‘caso Lezo’, renuncia a su acta, si el juez le imputa en base a unas grabaciones en las que se le escucha intentando evitar la operación.