La cultura popular está llena de dualidades: una de cal y otra de arena, en misa y repicando... La política y la diplomacia, más ante situaciones complicadas, son capaces de obrar el milagro de la fusión. Ayer en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, la ministra de Asuntos Exteriores de España, Arancha González Laya, aseguró que «el señor (Juan) Guaidó es dos cosas a la vez: un presidente encargado y líder de la oposición en Venezuela».

Las palabras de González Laya llegan dos días después de que el presidente Pedro Sánchez se refiriera a Guaidó como «líder de la oposición», una reducción respecto al reconocimiento como presidente encargado. Y con ellas la titular de Exteriores trató de zanjar la polémica, asegurando que es tanto líder de la oposición como presidente encargado, un título que recordó que «se hizo a medida de la situación en Venezuela» y ha sido «reconocido por una parte importante de la comunidad internacional, incluida España».

La ministra minimizó también el impacto que pueda tener en las relaciones con EEUU el episodio del encuentro en Barajas del ministro José Luis Ábalos con la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez, ante el que Washington mostró su incomodidad. «Creo que la relación de España con EEUU es profunda, es una relación sólida y que se cultiva día a día», dijo. «Estoy convencida de que esa solidez va a seguir manteniéndose ahora y en el futuro».

Sobre este asunto se pronunció también ayer la UE, que no ve razones para indagar sobre el tratamiento que dio España a Delcy Rodríguez a su paso por el aeropuerto de Madrid y sobre cómo aplica las sanciones impuestas a nivel europeo, indicaron fuentes comunitarias. «No creemos que haya que hacer ese análisis conjunto de cómo los Estados miembros aplican las sanciones. Francamente, lo que ha ocurrido en Madrid no creemos que sea suficiente para hacerlo», señalaron.

EN MANOS DE LOS ESTADOS / Los Estados miembros mantienen por unanimidad medidas restrictivas contra autoridades venezolanas por su papel en la represión interna del país, entre ellas Rodríguez, y son los propios países los que deben velar por su cumplimiento al no tratarse esa política de sanciones de «ley europea», recordaron a Efe.

Por ello, la Comisión Europea (CE) no tiene un papel en el seguimiento de la política de sanciones diplomáticas. «Las sanciones no las establece la CE. Forman parte del trabajo del Consejo. No es ley europea. Por ello, la CE no tiene nada que hacer. No puede iniciar un procedimiento de infracción», explicaron. «El Gobierno español dice que no hubo ninguna irregularidad. Si el Gobierno español lo dice, nos lo creemos», apuntaron las fuentes.