El Gobierno no tira la toalla en las negociaciones, o por lo menos, en público no renuncia a alcanzar un acuerdo que evite la repetición electoral. Al día siguiente del fracaso en el que terminó la reunión entre el PSOE y Unidas Podemos, el Ejecutivo insiste en mantener una rendija abierta al pacto. En la Moncloa se constatan las diferencias con los morados, pero creen que todavía es posible encauzar el diálogo que satisfaga a ambas partes. La idea de que no haya vencedores ni vencidos, la cesión mutua y el reconocimiento del adversario impregnan ahora los mensajes gubernamentales. Está por ver si estos matices dialécticos se traducen en un cambio de posiciones de un lado o del otro.

"Sí, hay diferencias, pero tenemos espacio para recorrer, tenemos esperanza. Hemos abordado la tarea de septiembre genuinamente", ha defendido este viernes la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros. "Siempre que se negocia el fruto debe ser de ganancia, de satisfacción para ambas partes", ha planteado.

Celaá ha defendido que el encuentro del jueves en el Congreso demostró que, más allá de las discrepancias, hay "ganas de continuar trabajando en profundidad" para llegar a un acuerdo que evite la repetición electoral.