Llevan días avisando desde la Moncloa que tienen preparado todo un arsenal jurídico y una estrategia global para hacer frente a un posible intento de «violentar la ley» para hacer presidente de Cataluña a Carles Puigdemont. Ayer fue la vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, quien incidió en que Puigdemont no será presidente. «Es imposible, Puigdemont ha llegado al fin del trayecto. No puede y lo sabe, y también lo sabe el independentismo», sentenció, añadiendo que están preparados para tomar «todo tipo de decisiones». «Ese ciudadano tiene una orden de busca y captura», sacó a colación.

«Puede dedicarse a la propaganda e intentar mantener ese mito que se autoconstruye, pero no va a ser presidente de la Generalitat. Si pensara en Cataluña y hasta en el independentismo, daría un paso atrás», subrayó. Reiteró que en la Moncloa están preparados para hacer que Puigdemont responda ante la justicia, aunque evitó entrar en «hipótesis [de una posible vuelta a España de Puigdemont]», o cuestiones que corresponden a los tribunales.

En una entrevista en la cadena COPE, Santamaría insistió en que el Gobierno acudirá al Tribunal Constitucional para impedir una investidura que no cumpla con los requisitos legales a los que está obligada y confió en que el nuevo presidente del Parlament, Roger Torrent, inicie su mandato respetando la legalidad. Agregó que espera que Torrent haga las cosas de forma distinta a su antecesora Carme Forcadell, y que impida que se repita un «espectáculo» como el vivido en la Cámara catalana el 6 y 7 de septiembre, cuando se aprobaron la ley de referéndum y de transitoriedad de Cataluña sin la oposición.

Preguntada sobre el momento concreto en que dejaría de tener efecto la aplicación del artículo 155, respondió que se acaba con una toma de posesión de un nuevo Govern y no antes. «No es suficiente la investidura. Es necesario que físicamente asuma el cargo y que se produzca ese traspaso en circunstancias ordinarias», señaló Santamaría. En cuanto a si le convendría más políticamente que los diputados presos por el 1-O estuvieran libres, indicó que como a cualquier Gobierno en democracia al suyo «lo que le conviene es que se aplique la ley».

También Albert Rivera se pronunció en Onda Cero sobre el tema catalán, mostrándose pesimista sobre el futuro político de Cataluña a corto plazo, puesto que, según él, el presidente del Parlament «se presentaba hasta hace poco en redes como diputado de la república catalana».