El relevo relámpago en la presidencia del Gobierno ha descolocado a todos los actores políticos españoles. También al independentismo, que se había preparado para perseverar en la resistencia contra Mariano Rajoy y ahora se encuentra con una oferta de diálogo de Pedro Sánchez.

Por eso era interesante conocer qué harían los nuevos consejeros del Govern de Quim Torra en su primer día de trabajo efectivo. Y, al menos en el plano simbólico, primó la estética de la restitución. La nueva titular de Presidencia, Elsa Artadi, dejó claro en una entrevista en Catalunya Ràdio que «el derecho a la autodeterminación» de Cataluña «es innegociable», y que no descarta volver a la vía unilateral para lograr la independencia.

La entrada de los consejeros en las sedes de los respectivos departamentos fue también prolija en gestos. Sobresalió el de Ernest Maragall, que se estrena en Asuntos Exteriores: lo primero que hizo al entrar en su despacho fue colgar los retratos de su antecesor en el cargo, Raül Romeva, y del expresident Carles Puigdemont.

También concuerda con la estética de la restitución -a pesar de que ningún miembro del anterior Govern repite con Torra- el «intercambio de carteras» que los nuevos consejeros llevarán a cabo con los anteriores titulares de sus departamentos. Pere Aragonès (vicepresidente y encargado de Economía) y Elsa Artadi (Presidencia) visitarán a Oriol Junqueras y Jordi Turull, ambos presos en la cárcel de Estremera. Y lo mismo harán Miquel Buch (que se verá con Joaquim Forn), Damià Calvet (el sustituto de Josep Rull), Ernest Maragall (con Romeva) y Chakir El Homrani (que visitará a Dolors Bassa en Alcalá Meco).

Hasta Bélgica viajarán las consejeras Laura Borràs (Cultura), Teresa Jordà (Agricultura) y Alba Vergés (Salud) para el mismo intercambio simbólico.

El president ya visitó ayer a los presos de Estremera. Y, tras esos encuentros, tampoco ha descartado la vía unilateral, que levanta muchas más pasiones en Junts per Catalunya que en el PDECat o ERC. «Como dije en mi toma de posesión, yo reconozco como única soberanía la del Parlament de Cataluña», afirmó Torra, informa Juan José Fernández.

ERC, por su parte, dio forma a las señales que quiere recibir de Sánchez, como símbolo que quiere «resolver el conflicto por la vía política», como aseveró el vicepresidente Pere Aragonés. Y la señal deseada es de enjundia, tanto que no se atrevió ERC a ponerla como eventual precio a apoyar la moción de censura: el acercamiento de los presos.

ACERCAMIENTO DE PRESOS / ERC recuerda que su demanda original es la liberación inmediata de los presos, pero añade que un primer gesto sería su acercamiento, ya que considera un «castigo» injusto que, aparte de estar presos, se les obligue a estar en centro penitenciarios de la Comunidad de Madrid.

Vilalta también ha vuelto a marcar la diferencia con lo que afirma el sector puigdemontista de JxCat, en concreto, Artadi. Así, ERC no descarta ninguna vía para conseguir una república, tampoco la unilateral, pero ha pedido «poner el foco en la multilateralidad» los próximos meses. Es decir, lo que pone su programa electoral del 21-D y también la ponencia política de la conferencia nacional que los republicanos celebrarán a fin de mes. En eso coincide con el PDECat, cuya portavoz, Maria Senserrich, dijo que «ahora la premisa es el diálogo». «Ya pasaremos a pantallas siguientes», afirmó ayer.

El objetivo de ERC es dejar en un segundo plano los fuegos de artificio simbólicos y centrarse en lo que han bautizado como «hacer república». Básicamente, invertir en políticas sociales, siempre menos peligrosas judicialmente y más rentables electoralmente para el independentismo justo donde más flaquea: la metropolitana.