Ciudadanos cedió el Viernes Santo de campaña parte de su protagonismo electoral a las mascotas, con un acto en el que Albert Rivera presentó las medidas naranjas para mejorar el bienestar animal y mandar a la cárcel a sus maltratadores, medidas que parecían ser aplaudidas con los ladridos de los perros que le rodeaban. Aparte del compromiso en favor de los animales, Rivera hizo otra promesa no electoral pero también importante: «Evaluaremos después de las dos campañas las peticiones de mi hija para adoptar un perro».